14. Un ex con sentido del humor

4K 688 148
                                    

Bienvenidas a un nuevo capítulo de... los juegos del hambre!!!

Jajaja mentiras, no sé ni por qué me salió eso jajaja, es consecuencia de trabajar hasta tarde durante más de dos meses :'( Bueno, pero no vine a contarles mis pesares si no a informarles que en la encuesta del capítulo pasado, el seleccionado por el público fue: ......

¡Escena de primer besoooo!

Peeeero... nada en la vida es gratis, así que hay condiciones:

Hoy publicaré un mini maratón de 2 capítulos, cuando este capítulo alcance los 50 comentarios, y el siguiente 30, publico la escena. 

Espero se diviertan y los disfruten, este capítulo tiene varias modificaciones, pero el siguiente si es nuevecito nuevecito.

A comentar pues!! XD

------------------------------

—¡Qué tal! ¿Cómo es que te hace saltar por la ventana? Y peor aún, ¿cómo se atreve a tratar de besarte? Tú tienes novio... ¡además él se va a casar! —exclama Laura llena de indignación.

—Pues, ya ves que eso no lo detiene. Siempre fue así. Fue una de las razones por las que terminamos.

—¿Te fue infiel?

—De hecho, no. —La expresión en la cara de mi mejor amiga es de total asombro—. Pues... él fue claro conmigo cuando comenzamos a salir. Le gusta la variedad y la libertad, siempre me lo dejó claro. Y cuando comenzamos no lo hicimos muy seriamente. Nos atraíamos mucho y nos dejamos llevar por eso. Digamos que estuve de acuerdo en que siguiera viendo a otras mujeres. Algo así como una relación abierta.

—Entonces ¿por qué dices que fue una de las razones por las que terminaron?

—Porque él no da su brazo a torcer. Nunca pudimos llegar a acuerdos. Siempre se hacía lo que él quería, y me cansé de eso.

Tenía en ascuas a la pobre con el chisme de la huida repentina de la casa de Mau. Estaba tan nerviosa cuando salimos de ahí, que la dejé en su casa sin decirle una palabra, solo con la promesa de que después le contaría todo. Doy un largo sorbo a mi café. Aunque sea la cafetería de la universidad, la verdad es que todo lo que preparan es delicioso. Faltan unos quince minutos para que nos encontremos con Felipe, el siguiente ex que me servirá de modelo; aunque aún no me recupero del todo de la última sesión fotográfica, no puedo perder el tiempo.

—Claro, es que ¿a quién le va a gustar no tener ni voz ni voto en una relación? —Da un mordisco a su pan dulce y continua sin tragar antes—: Hombros osó son onos sonotros.

—¡Por Dios, traga antes de hablar! —Ya sabe lo que me molesta esa costumbre y sin embargo no puede dejar de hacerlo. Pero la verdad, hasta esas cosas molestas de ella me hacen quererla mucho.

—Que hombres así son unos cenutrios —afirma después de tragar.

—¿Unos qué?

—Cenutrios. Búscalo en...

—...Google —decimos al unísono—. ¿Cuánto te pagan para que les hagas tanta publicidad? —pregunto.

Laura solo se digna a reír y seguir comiendo. A lo lejos veo que Felipe se acerca a nosotras. Hacía mucho no lo veía, aunque estudiamos en la misma universidad. Al igual que con Héctor, el suyo es uno de los pocos números telefónicos que conservo. Nuestra relación solo duró dos meses, y nunca llegamos a tener sexo, pero aún así nos divertíamos mucho. Esa es la razón por la que fue tan natural para nosotros continuar con una cordial relación después del noviazgo. 

Doce estúpidos mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora