Para ir de compras con Laura es necesario despejar la agenda de todo un día. ¡Es tan indecisa! Debe buscar un regalo de amor y amistad para Héctor y ya llevamos dos horas dando vueltas por la sección de hombres en el centro comercial, buscando algo que a él le guste. O al menos a ella, por ahora.
—¿Por qué no es mujer? Al menos si fuera mujer podríamos regalarle joyería, o una blusa linda, maquillaje, un libro, un bono para un spa... Las mujeres tienen más opciones de regalos bonitos. O al menos de regalos que las demás mujeres podemos escoger —se queja Laura.
—Ajá —respondo secamente.
—Es que, mira esto: todas las camisas son casi iguales y no se me ocurre qué más regalarle.
—Ajá.
—Bueno, ¿y si le regalo un libro? ¿A él le gusta leer?
—Ajá.
—Mmm, mejor un libro no. Vamos a la zona de relojes que creo que vi uno lindo. Igual como tú lo conoces mejor, de pronto me ayudas a encontrar uno más rápido.
—Ajá.
—O puedo regalarle un jet privado, y se lo lleno de prostitutas. A todos los hombres debe encantarles eso.
—Ajá.
—¡Ay no, Scarlett! ¡No me estás prestando atención! ¿Qué demonches te pasa?
Habla tan fuerte que me hace reaccionar, sacándome de la burbuja mental en la que me encuentro después del dichoso mensaje ese.
—Lo siento... Prometo que ahora sí te prestaré atención. ¿Ya viste entonces el regalo que vas a comprarle?
—Aaaarrrrggggg —gruñe.
Sale enfurecida por uno de los pasillos del centro comercial y yo corro detrás de ella. Al final, decide regalarle un reloj de cuero rojo, muy elegante aunque no muy fino, pero se ve bien. Ignora mi advertencia de que no recuerdo a Héctor usando un reloj nunca, sin embargo.
Seguimos caminando por el centro comercial el resto de la tarde, tristes de no tener más dinero para gastarlo en todas las cosas que están en oferta. Después de un buen rato y varias vueltas, nos sentamos en una heladería a descansar y a endulzar la tarde.
—Y entonces... ¿No has vuelto a hablar con Álvaro? —pregunta mi amiga cuando nos sirven los helados.
—Pues... Ayer me mandó un mensaje...
—Uh... ¿De reconciliación?
—La verdad, no. Me preguntó si había dejado en mi apartamento una copia de las llaves del suyo.
—¡Ja! Una jugada maestra para decirte que le devolvieras sus llaves. Qué maldito.
—Pues sí, pero con la pelea de ayer, creo que ya definitivamente me hice a la idea de que ya estoy soltera. Y la verdad no tiene importancia. En realidad... Recibí otro mensaje, mucho más interesante, aunque extraño.
—¿De quién?
Saco mi celular y le muestro el mensaje que me tiene tan distraída. Laura pega un grito que hace que todos los clientes de la heladería giren a vernos.
—Oh, por Dios... ¿Ya sabías que sigue enamorado de ti?
—Creo que en un punto me lo llegué a imaginar... Pero nunca me esperé un mensaje así, como tan... fuera de lugar. Seguro estaba borracho, por la hora —afirmo.
—No parece un hombre que beba...
—No, no... pero pues, la gente puede cambiar. Me lo han demostrado mucho en estos días.
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Doce estúpidos meses
ChickLit¿Y si toda tu carrera dependiera de que tus guapos exnovios posaran para tu calendario? *HISTORIA DESTACADA DE FEBRERO 2021 POR EL PERFIL OFICIAL DE HUMOR* Scarlett sueña con convertirse en fotógrafa, y no dejará que nada ni nadie se interponga en s...