38 Nuevas sensaciones

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¿No me estaba abrazando? Estaba segura de que sí.

Toco donde se supone que tiene que estar. Nada.

Entreabro mis ojos, aun con sueño, nada a la vista.

--- ¿Dónde estará? --- me cuestiono sentándome en la cama.

Pestañeo para aclarar mi vista. Observo su ropero desacomodado. Estaban todas sus remeras salidas, lo cual me hace fruncir el ceño. Ayer le estaba comentando a Chan lo desacomodado que se estaba volviendo Minho desde que comenzó a salir oficialmente con Ga-Hong. Y el ahora tira todo por todas partes. Seguramente buscaba su camisa gris.

Me levanto de la cama y camino hasta el desastre, tomo una remera suya, holgada y negra, me la pongo. Comienzo a levantar toda la ropa y meterla nuevamente en su respectivo lugar. Estaba todo muy desordenado, como si hubiera pasado un remolino.

Cuando termino con las remeras, todo parece más ordenado. Pero me desesperaba mirar el escritorio también revuelto. Cuando me acerco, recuerdo.... El cumpleaños de Minho. Pasaron tan solo días, pero aun tenia vivo el recuerdo de nuestros cuerpos. Extrañamente Chris, un día después, comenzó a no quedarse por la mañana y me preguntaba si había comenzado a trabajar nuevamente. No me sorprendería ya que le dieron como dos meses de vacaciones.

Levanto todas las lapiceras viejas regadas sobre el escritorio y las guardo en mi mochila, ninguna funcionaba, pero podía hacer algo con ellas en vez de tirarlas. Había papeles, partituras y un sobre amarillo. Todo de Chan.

¿Un sobre amarillo?

Lo tomo de entre las demás cosas. Le di vuelta y en el centro tenía un corazoncito.

Hundo mis cejas, aun mas confundida. Claramente tenía que abrirlo.

Tocan la puerta.

Dejo el sobre de lado, con la esperanza que quien sea, sea Chan. Y me voy hacia la puerta. Chris había comenzado a ponerle pestillo a las puertas cada que salía o entraba.

--- ¿Y tú? --- pregunto ni bien veo a Changbin al abrir la puerta.

--- Venia a ver si estabas despierta y preguntarte si quieres panqueques para desayunar.

Entrecierro mis ojos con sospecha.

--- ¿Estas bien? --- le pregunto y el solo me mira confundido.

--- Si, ¿Por qué?

Lo miro sin decir nada y el me mira más confundido, hasta que se impacienta y rueda los ojos.

--- Solo te estoy ofreciendo panqueques, no están envenenados --- suelta sin ganas de seguir hablando. A lo que yo sonrió y le golpeo su pierna con mi pie.

--- Tranquilo, solo me parece raro ---. Lo tranquilizo y el solo se acaricia su rodilla.

--- Aja, como digas.

New sensations | B.C skzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora