Side Effect ☆

Broken Me

127 | BROKEN ME

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YuChan miró el teléfono y remarcó por quien sabe que vez, pero caía inmediatamente al buzón de voz, suspiró profundo pensando lo peor, miró a SeungWoo ingresar a la habitación y mirarle mientras se apoyaba en el contramarco de la puerta.

—Se cortó, y el teléfono de repente está apagado. —Dijo con evidente miedo en su voz—, creo que Minnie estaba ebrio, algo debió haber sucedido.

—¿Algo como qué?

—No lo sé, estoy preocupado.

—¿Quieres llamar a alguien más?

—Quiero irme, necesito hablar con él.

—Tienes que descansar. —Caminó hasta él y le detuvo por los hombros cuando le vio bajar los pies de la cama.

—Déjame, tengo que ver qué sucede, tengo un mal presentimiento.

—Voy a intentar llamar a los demás; para que pongan a Minseok al teléfono. ¿Te quedas tranquilo?

—No, dije que me voy.

Se reclinó para buscar sus zapatos pero SeungWoo se inclinó con él y le ayudó a recostarse otra vez en la cama.

—No me obligues a amarrarte.

—Cállate, no me digas que hacer. —Murmuró entre dientes, mientras mantenía los ojos apretados—, Ugh, me duele, ve a buscar al doctor.

—¿Crees que soy tonto? Seguro te escapas cuando me voy.

—Entonces, te vas a quedar allí parado mientras me ves sufrir de dolor. —Le miró desde su posición.

—Mmm...

—Ay, me duele montón...

SeungWoo le miró un momento como meditando sobre el asunto, enarboló los ojos ante el escándalo que estaba haciendo el pelirrojo, no estaba seguro si era una dramatización para escaparse, o realmente estaba dolido.

—¿Te duele de verdad o no?

—Me duele, ¿Qué no ves que me acaban de operar?

—Tienes anestesia todavía en la zona. —Le miró entrecerrando los ojos—, si te comportas, te llevaré de vuelta al bunker. ¿Me harás caso?

—Te haré caso.

—Ah, ves que no te duele nada.

—No eres fácil de engañar. —Se volvió a sentar.

—Vamos, te ayudaré a calzarte.

—Gracias.

SeungWoo le colocó los zapatos y se los ató, le pasó su chaqueta por los hombros, mientras le miraba un momento, YuChan evitó el contacto y comenzó a caminar para salir de la habitación. El más alto sonrió mientras tomaba el celular y se lo guardaba en el bolsillo, para seguirle inmediatamente.

—¿Quieres sostenerte de mí?

—Estoy bien.

—Puedes marearte.

—Oye, solo porque... —Se giró a verle, pero se calló de inmediato cuando sus ojos se encontraron—, estaré bien, no te preocupes.

—¿Por qué te comportas así?