Side Effect ☆

Caleidoscopio

—«»Side Effect«»—

"Jamás podrás cambiar tu pasado, ordena tu presente para que tu futuro sea sin arrepentimientos"

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[Nota: Las escenas se desarrollan en tiempos diferentes]

—«»Side Effect«»—

«Kim ByeongKwan»

—¡Vuelve en sí! —ByeongKwan gritó con todo lo que su garganta le permitió—, ¡Pelea por el control de tu mente! ¡No te rindas!

—¡Aléjate de él!, Kwanie. —Escuchó a Donghun, mientras sostenía a un desmayado Junhee en brazos—, no es Sehyoon, es King Wow, ¡Te va a matar! ¡Corre cariño!

—No, no voy a huir más. —Su respiración hecha un caos por el terror, al ver esa máquina asesina ir contra él. A pesar que había dejado fuera de combate a todos, él no quería escapar—, puedo detenerlo, ven por mí; Sehyoon, Wow, King Wow. ¡Quien putas seas!, ¡Te espero aquí mi amor!

—«»Side Effect«»—

«Kim Minseok»

—Tu virginidad, dámela sin violencia pequeño Minseok, sé mío. —Se relamió los labios Simón, mientras le apuntaba con esa vieja escopeta recortada.

—Yo... —Le miró con ojos muy abiertos. Estaba aterrado, todo su cuerpo temblaba.

Estaba mareado, la sensación del barco batiéndose sobre las aguas le hacía tener arcadas, su corazón latió a toda velocidad, no tenía escapatoria, ni manera de pedir auxilio. Miró de reojo a Yoochan inconsciente en el suelo, la sangre se escurría por su sien. Le veía respirar levemente, sus ojos cerrados y una expresión de dolor en su rostro.

Minseok se dio cuenta, que perdido en esa inmensidad de océano azul, nadie podría salvarlo.

—Le daré un tiro en la cabeza, sino me haces caso. —Sentenció—, ahora desnúdate.

—Sí. —Susurró quedamente, mientras comenzaba a desabotonarse la camisa con manos temblorosas—, «Lo siento Baek, debo hacerlo, debo salvarlo, prometí a la mamá de Chan que lo protegería»

—«»Side Effect«»—

«Park Junhee»

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—Siempre he sido más fuerte que tú. —Su voz fue una evocación a la autoridad máxima—, yo, he nacido para liderar. Para que otros se sometan a mí, no me gusta que me digan que hacer, yo digo a los demás que hacer...

—Me estás asustando Jun. —Sintió el miedo crecer en su interior, cuando Junhee le tiró contra la cama, se subió encima de él, hincando una rodilla sobre el colchón para sostenerse y no dejar caerle todo su peso encima.

—No tengas miedo, Hunnie. —Ladeó una sonrisa, demasiado sensual, se veía tan hermoso. Le aprisionó ambas manos con una sola.

—Suéltame. —Comentó nervioso, mientras intentaba liberar sus manos, apresadas por las del ojiazul—, ¿Qué pasa contigo?

—Nada mi amor. —Se reclinó sobre él y besó sus labios suavemente—, juguemos un rato.

—No, así no. —Se agitó intentando liberarse.