Side Effect ☆

MMM

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Unos día antes...

Un chico de cabello pelirrosa exhalaba el humo de su cigarrillo de forma impaciente, mientras mantenía su celular pegado a su oído izquierdo, intentando mantenerse paciente a su interlocutor. Que intentaba convencerle a como dé lugar de continuar con el trabajo de suma emergencia que requiere de sus habilidades específicas, que había aceptado unas horas antes. Exhala un poco irritado, porque lo que más odia es ser engañado, y ahora está de pie, dentro de una bodega al lado de una ambulancia.

—Pensé que dijiste que era un trabajo de chofer.

—Es lo que es. —Refutó al otro lado—, date prisa.

—Es una puta ambulancia. —Resopló—, no puedo ir por las calles conduciendo esas mierdas, son muy lentas.

—Te lo suplico Baekhyun; te aumentaré el pago que sean mil más.

—Y una mierda. —Chasqueó la lengua—, yo me largo, busca a otro conductor, no sé en qué carajo me quieres meter.

—Me puedes alegar todo lo que quieras luego, pero la vida de una persona pende de tu habilidad para transportarlo. —El pelirrosa tiró el cigarrillo al suelo, impaciente—, te pagaré el triple, solo será un trabajo de transportarlo, necesitamos tú habilidad, eres el único que conozco con esas habilidades de conducción.

—Carajo, si me vuelves a engañar de esta manera te sacaré los ojos.

—Sí, ya, ya. Te mandaré las coordenadas.

Unos minutos después, mientras yacía en el asiento del conductor, vio llegar una furgoneta color azul marino a toda velocidad, los paramédicos que había transportado recientemente, se apresuraron a recibir a un chico bañado en sangre, no le dio importancia porque no quería involucrarse, se repetía mentalmente que solo debía conducir, y nada más, y regresar a su casa a dormir.

Baekhyun era conocido como el Bastarz de la autopista, una habilidad increíble para conducir sin ningún tipo de temor, como si el auto y él fuesen uno solo, se había labrado una gran reputación a lo largo de su vida, y como siempre, había llegado en un tiempo record, a un lugar, que en su vida había visto, y eso que él había estado hasta en el infierno. Los portones de seguridad se abrieron para dejar pasar a la ambulancia y pronto se vio sumergido en un establecimiento que gritaba acojonante por todos lados.

Se estacionó y bajaron al chico de la camilla, Baekhyun se bajó para entregar las llaves, pero otro de los paramédicos se acercó a él y le colocó la mano en el hombro, a lo que el pelirrosa miró con desdén el lugar que estaba siendo tocado sin su permiso, el hombre la retiró rápidamente y se aclaró la garganta un poco incómodo.

—¿Te doy las llaves a ti?

—Sí, pero antes de eso, ocuparemos tu ayuda en algo más.

—¿Qué cosa?

—Solo ven, las cosas se van a poner feas con el muchacho que acabamos de traer.

—¿Feas en qué sentido? —Arrugó el entrecejo—, pensé que estaba muerto, no veo que respire.

—Respira, es leve. Pero no durará mucho tiempo, ven no perdamos más el tiempo.

Baekhyun entrega las llaves y se encamina detrás de todos los hombres que mueven al inconsciente y desconocido muchacho para dentro de unos pasillos de paredes blancas, todo estaba desolado, el pelirrosa imaginaba que era por las altas horas de la noche. Algo dentro de su cabeza le decía que no aceptara, que diese la vuelta, que lo que seguía a continuación no podría sacárselo de la cabeza, pero por otra parte, algo lo atraía a ver el rostro del muchacho desmayado, no sabía porque.