Side Effect ☆

I Can't stand the rain

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* I Can't stand the rain (No soporto la lluvia)

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Donghun se detuvo frente a la puerta del departamento de Junhee, su cuerpo temblaba, tenía miedo no por lo que le pudiese hacer el ojiazul, era por encontrar a Minseok muerto en la sala. Presionó el celular rojo dentro de su bolsillo y tocó el timbre, aguardó un momento y pronto la puerta fue abierta ambos se vieron a los ojos por unos momentos. Ya se había cambiado de ropa y estaba recién bañado, se veía tan hermoso.

—«No, no se ve hermoso. Debes enfocarte Donghun, averigua donde está Minseok»

El castaño le empujó con el hombro y pasó enseguida, Junhee solo sonrió de lado y le dejó pasar; Donghun se paralizó al ver el lugar hecho pedazos, no había nada en pie, como si hubiese habido una pelea demasiado fuerte, se giró a ver al ojiazul, que había cerrado la puerta y estaba apoyado contra la misma.

—¿Dónde está?

—No veo que te estés desnudando. —Le miró seriamente.

—Estás loco, no voy a tener sexo contigo, después de lo que ha pasado. ¡Dime donde está!

—No, mi amor. —Le miró seriamente—, necesitamos hablar primero.

—¿L-lo mataste aquí? —Susurró mirándole con angustia.

—No, este destrozo lo hice después de que me dijiste que te habías revolcado con él.

—Jun, por Dios. —Se llevó las manos al cabello completamente desesperado—, ¿en que estabas pensando? Lo que hiciste estuvo mal.

—Ya te dije que no me arrepiento. Eres solo mío Donghun.

—¡Santo cielo reacciona! ¿Qué pasa contigo? —Se le acercó para tomarlo de la camisa de forma molesta—, dime, te lo suplico, dime donde está.

—No. —Haciendo un movimiento rápido lo llevó a él contra la puerta, inmovilizándolo, sus rostros tan cerca y sus respiraciones mezcladas, Junhee se acercó a él y beso sus labios fugazmente pero el castaño se agitó y evitó la profundidad.

—Basta, no hay tiempo para esto... —Le miró a los ojos, notando por primera vez como había un halo color violeta alrededor del iris de sus ojos—, Jun, ¿Qué bebiste?

—Nada cariño. —Dejó caer su rostro sobre el hombro de él, respirando profundamente cuando sus brazos se cerraron alrededor de su cintura—, Hunnie, mi querido amor, lo haría todo por ti, pasaré encima de quien sea por ti.

—Jun. —Le levantó el rostro con ambas manos para que ambos se mirasen—, ¿Te estás drogando?

—Dime que me amas.

—Contesta.

—Si te digo la verdad, tú me dirías la verdad, cariño.

—¿Qué quieres decir?

—Me lo dijo. —Mostró una sonrisa tan amplia en su rostro bonito, sus dientes eran una preciosura perlada; se alejó del castaño dejándole libre, le dio la espalda un momento, para luego girarse a verlo—, cuando estaba cagado de miedo, me lo dijo, me lo dijo todo.

—¿Qué te dijo? —Sintió su corazón latir a toda velocidad.

—Dímelo tú. —Se echó el cabello hacía atrás—, no, sé que no lo dirás, porque a ti te encantan los putos secretos, mentirme una y otra vez, ese resulta ser tu pasatiempo favorito.

—Ya deja de jugar Jun, dime donde está, me quiero ir de aquí.

—No te iras, hasta que me escuches. —Le miró enojado, sus pupilas se dilataban de una manera extraña.