Side Effect ☆

Just Right

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*Just Right

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Cinco y treinta de la mañana...

Baekhyun aguardaba mientras fumaba un cigarrillo, la espera lo estaba matando, realmente no ha tenido mucho contacto con ese muchacho llamado Minjae, pero si Kai confiaba, él podría hacerlo al menos un poco. Se supone que se verían unos minutos antes, para poder iniciar el plan de llevarle a Junhee al señor Ares. Ahora sentado en esa banca a varios metros de la bodega, se impacientaba demasiado, pronto escuchó unos pasos acercarse y le vio.

—¿Baekhyun? —Interrogó acercándose.

—Hola Minjae. —Terminó su cigarrillo y lo apagó—, esto será feo, ¿puedes hacerlo?

—Lo haré. —Miró hacia las bodegas—, no dejaré que nada malo le pase a Jun, y eso incluye que si debo dejarte morir lo haré por encima de él.

—Me gusta tu actitud. —Sonrió. Le entregó una máscara—, tuve una idea mientras esperaba, ponte esto y mantente oculto, a mi señal neutralizamos a los sujetos, bajo ningún motivo te la quites.

—¿Usarás algo tú?

—No, es mejor que piensen que Junhee y yo fuimos secuestrados o algo así.

—De acuerdo, vamos.

Se encaminaron a la bodega por caminos separados, Baekhyun ingresó a través de las enormes puertas, divisó la ambulancia y el auto negro a su costado, tal y como le había dicho Kai. Hizo un barrido visual al lugar, había tres hombres al centro con la camilla ya dispuesta, se acercó sin prisa hasta detenerse frente a uno de esos sujetos.

—Ten las llaves. —Le entregó el juego—, Nosotros tomaremos el auto negro. Ya sabes, enciende las sirenas, para que te dejen pasar. ¿Alguna duda?

—Ninguna.

—Suban al chico a la ambulancia.

Mencionó mientras se daba la vuelta y comenzaba a caminar, Baekhyun buscó con la mirada a Minjae y con un simple asentimiento de cabeza, comenzó la lluvia de disparos, uno dio de forma certera sobre la cabeza del sujeto que dictaba las órdenes; el pelirrosa se lanzó al suelo y se movió con agilidad hasta cubrirse en los autos. Los otros dos comenzaron a disparar, pero Minjae supo cómo lidiar con ellos, tenía una gran puntería, cuando el último de ellos cayó, el chico salió de detrás de los estantes.

—Está hecho...—Comentó Minjae.

—Aún no, debes darme un disparo para que sea creíble, o creerán que estamos coludidos.

—Claro, ¿Dónde lo quieres?

—Vaya, pensé que dirías algo como: Podrás conducir así, estás seguro.

—A mí solo me importa que Junhee esté bien. —Sacó un arma 9mm y le apuntó; por un momento meditó en donde disparar, pero en vez de eso le dio con el arma en la mejilla tirándolo al suelo, del fuerte golpe.

—Auch, eso dolió.

—Te daré otro después, con un tiro no vas a poder conducir bien, necesito a Junhee a salvo.

—No me pagan lo suficiente. —Dijo quejándose mientras se sostenía la majilla y se levantaba.

—Vamos, el tiempo apremia. —Se acercó a la camilla y levantó a Junhee en brazos—, vas a estar bien galán.