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Minseok era, definitivamente un peligro al volante, los demás autos pasaban sonando el claxon de forma molesta, porque él casi les quitaba el derecho a vía. ByeongKwan en el asiento de atrás se había puesto el cinturón de seguridad y se aferraba a la puerta, su cuerpo totalmente tenso en posición de choque, por cualquier eventualidad.

En cambio San, parecía que se divertía muchísimo, le habían puesto de igual manera el cinturón, pero su risa era lo único que se escuchaba dentro del auto.

—San, no saques la cabeza por la ventana. —Minseok le jaló de la camisa—, siéntate cariño, te vas a hacer daño.

—Sí, gatito.

—¡Ah reconozco esta calle! —El rubio dijo, señalando—, metete por allí.

—De acuerdo.

Minseok dio un giro brusco y se metió a toda velocidad por la calle de tierra, subieron las ventanas por la inmensa polvareda que se levantó, casi no se podía ver nada.

—Deberías ir más despacio. —ByeongKwan pidió.

—Sí, sí. —Disminuyó.

Unos minutos más tarde, el pelinegro estacionó el automóvil, cuando divisaron el enorme edificio blanco a la distancia. Se giró a ver a su amigo, totalmente entusiasta.

—¿Qué tal lo hice?

—Fue divertido gatito. —San se le tiró encima, restregando la nariz en su mejilla.

—No estuvo mal... —Sonrió el rubio—, pero, sería bueno que preguntaras a Baekhyun como tomar las curvas, no sé. Siempre se aprenden cosas nuevas.

—¿Tu crees? —Preguntó, con una media sonrisa—, entonces le pediré un par de consejos.

—Si por favor. —El rubio se bajó del auto—, «mi consejo acaba de salvar vidas»

Los tres comenzaron a caminar, para acercarse al edificio, ocultándose entre los árboles y arbustos lo mejor que podían, dirigiendo iba ByeongKwan, detrás suyo Minseok y San más atrás, que jugueteaba con las ardillas.

—No te separes de mí, Minseok. —El rubio dijo, cuando se detuvo detrás de un tronco caído.

—Sí, aquí estoy cerca. —Contestó rápidamente—, y yo voy a cuidar a San, ¿eh?...¡¿SAN?! Oh Dios mío, lo he perdido, ¡¿Dónde se metió?!

—¿Qué? Oh Dios, no...

Ambos comenzaron a buscar desesperados, y lo vieron encaramado en un árbol subiendo un pajarito a un nido, se acercaron al árbol y comenzaron a llamarlo, ambos con cara preocupada que se fuese a matar si se caía de allí, porque el nido estaba demasiado alto.

Se bajó rápidamente con una sonrisa y una ardilla en la cabeza, ambos le miraron con desconcierto, temían que el animal lo mordiese, y después no podrían hacer que dejase de llorar; pero el animalito, mordisqueaba una bellota de lo más tranquilo.

—San por favor... —Minseok le agarró de la mano—, no te vuelvas a alejar así de mí, que susto me has dado.

—San rescató a un pajarito. —Sonrió divertido abrazándole—, San tiene este amiguito.

—Oh Dios, ya se lo que sienten Baek y Chan cuando me escapo. —Minseok suspiró, devolviendo el abrazo—, por favor no te alejes de nosotros.

—Y, si se quedan ustedes acá y yo bajo a investigar. —ByeongKwan ofreció.