Side Effect ☆

Revelaciones 1.4

—Diálogos

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Abrió la puerta, y el corazón de Sehyoon comenzó a acelerarse, dio un largo suspiro y se adentró. La habitación estaba totalmente vacía a excepción de ByeongKwan acurrucado en una esquina, su rostro oculto sobre sus rodillas, sus ropas son totalmente blancas, siente que se le detiene la respiración, se acerca a grandes pasos y se detiene cerca junto cuando el chico se levanta.

Sus miradas se conectaron, y un silencio desgarrador les asfixió.

—¿Te hicieron algo? —Preguntó al fin el pelinegro queriendo huir de esa mirada inquisidora.

—Nada. —Dijo después de un minuto, allí estaba su pequeño gatito, su voz suave en un murmullo silencioso.

—Yo...

Dio dos pasos para acercarse, a pesar de la última vez que se vieron, anhelaba abrazarle, estrujarlo contra su pecho con fuerza, prometerle que estará bien, que ellos estarán juntos para siempre. Pero se detuvo muy cerca, él le miraba, pero no decía nada, y Sehyoon no sabía ni siquiera que preguntar.

—Te sacaré de aquí... —Mencionó suavemente moviendo su mano para asir la del rubio, para su sorpresa no se apartó, y dejó que la tomase—, no tengas miedo.

—¿Eres Sehyoon?

—Soy Sehyoon. —Asintió sintiendo como se quebró por dentro cuando el rubio cerró su mano para sellar su unión—, solo Sehyoon...

—No llores. —Comentó dando un pequeño suspiro—, estaba muy enojado la última vez, yo siempre digo cosas innecesarias cuando estoy enojado, soy demasiado impulsivo.

—Solo dijiste la verdad. —Sollozó limpiándose las lágrimas para poder verle—, yo, deseo que estés bien, que seas feliz, y... solo eso, que seas feliz...

—Sehyoon....

—Pareces lúcido. —Le indicó—, no estoy diciendo que hayas superado lo que te... es decir, lo siento, no sé cómo expresarlo.

—Lo último que recuerdo es haber discutido contigo y haberte...terminado.

—Sí. —Presionó el agarre que tenían en sus manos—, lo merezco, y lo entiendo.

—Sehyoon...

—Esto es mi culpa, que te hayan traído aquí. —Le interrumpió—, pero te prometo que te sacaré.

—Vámonos entonces.

—Quiero contártelo todo. Como debió ser desde un inicio. —Le instó a sentarse en el suelo, donde ambos se acurrucaron en una esquina—, hoy te diré todo lo que sé.

—¿Tienes que hacerlo aquí?

—Lo siento, pero debo hacerlo. ¿Me puedes escuchar?

—Lo haré.

—Mi padre... —Comenzó él—, es un hombre malvado, está metido en algo conocido como la triada, junto a dos hombres más; hombres peligrosos que dominan Corea desde hace muchos años, y no desde las sombras, ellos tienen pleno y absoluto poder sobre todo y todos. Se les conoce como: Fénix, Ares y Edén.

—¿Cómo sabes eso?

—No recuerdo si en algún momento te lo dije, pero mi padre es Edén. —Exhaló un gran suspiro—, como ya dije, es un hombre malvado, él junto a los otros dos, mantienen los hilos y el control sobre la vida y la muerte en Corea. Ellos mantienen su imperio, mediante algo llamado eventos.