Side Effect ☆

Oh My!

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—Diálogos

«» Pensamientos

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//Flash Back

*Oh My!

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//Flash Back

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Yoochan sabía que una vez más la había regado con Minseok, sabía que era un estúpido al no saber controlar su lengua, pero es que él tenía una confusión total en su cabeza. Desde que conoció a Kim ByeongKwan su vida giró en torno a él, a amarlo solo a él, quería con todas sus fuerzas que su amor fuera reciprocó, pero su noviazgo de siete meses, había sido un tira y afloja, podía ver dolorosamente como el rubio solo tenía ojos para Kim Sehyoon, y por más que intentó no logró llenar su corazón.

Pero, porque insistía en ese amor imposible. Había veces, que no se entendía así mismo; ¿por qué lo hacía? Esa tarde en lo de Minseok, él solo había dicho la verdad, ByeongKwan nunca lo había amado, pero y él, ¿realmente lo amaba o solo estaba encaprichado? Una persona como él quizás no entendía lo que significaba la palabra amor.

—«Soy tan imbécil» —Suspiró mientras se detenía frente a su casa—, «¿Por qué te hago tanto daño Minseok? Debí disculparme contigo, no es que nunca me vayas a gustar, es que tengo miedo que tú me gustes, tengo miedo Minseok, miedo...mucho miedo»

Sus manos se aferraron a los tirantes de su mochila. Odiaba los viernes, era a su mente, el peor día de la semana, mordió su labio inferior de forma nerviosa, sentía la imperiosa necesidad de darse la vuelta e ir a ver televisión con Minseok. Pero tal vez, ahora había perdido ese derecho, había negado inclusive su amistad. ¿Qué clase de persona era?

—«Joder, Minseok. ¿Qué estarás haciendo? Me gustaría tener el valor para huir en este momento e ir a verte. Pedirte disculpas, comprar la comida más grasosa que exista en la guía telefónica y mirar películas de acción. —Sonrió con melancolía—, pero no soy capaz de hacerlo. No tengo ni valor de pedirte perdón apropiadamente, ¿me seguirías amando Minseok si supieras quien soy yo realmente?»

Suspiró mientras seguía avanzando, a pasos lentos, subió los primeros escalones y llegó hasta la puerta, metió la llave y giró, a medida que la puerta se abría, su corazón dolía, su cuerpo comenzó a temblar, como sucedía todos los viernes de la semana. Miró su reloj de puño, ya marcaba las cinco y treinta de la tarde, estaba llegando tarde.

Odiaba los viernes.

Cerró la puerta a sus espaldas y avanzó por el pequeño pasillo, llegó a la cocina y allí estaba su padrastro sentado, había un revólver sobre la mesa, y mucho dinero desperdigado, parecía estar contándolo. Levantó la vista y ambos se vieron a los ojos. Ese hombre tenía una contextura gruesa, a pesar de tener el cuerpo descuidado por tanta cerveza y drogas, Yoochan nunca podría con él, con sus dos metros de altura y sus brazos rollizos debido a su antiguo trabajo en la construcción. Un monstruo por donde se le mirase.

—Estoy aquí, Drake. — Comentó el pelirrojo.

—¡Vienes tarde imbécil! —Espetó molesto.

—Tuve algunos deberes extra en el colegio.

—Te he dicho que puedes perderte seis días a la semana, pero los viernes debes estar a las cinco en casa.

—«Odio los viernes» lo siento Señor. No se volverá a repetir.

—Eres tan inútil. —Se levantó molesto—, ahora ve.