[20] 𝙻𝚘𝚜 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚘𝚜 𝚍𝚒𝚌𝚎𝚗 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚊𝚜 𝚌𝚘𝚜𝚊𝚜

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❝ 𝑳𝒂𝒔 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒚 𝒍𝒐𝒔 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒇𝒖𝒕𝒖𝒓𝒐 𝒔𝒐𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒔 𝒎á𝒔 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒆𝒔𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔. ❞

—Chavela Vargas

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—Mi hermano siempre dice que las chicas son raras y, aunque lo intentes, no podrás entenderlas jamás por completo —me dice Eidan mientras me pasa la pelota—. Me dijo que algunas son tan sensibles que lloran por cualquier cosa, otras prefieren hacerse las interesantes para llamar la atención de los chicos para que ellos se acerquen, y luego están esas que se comportan de forma tan extraña que te preguntas si son chicas en realidad.

Murmuro, extrañado por todas esas cosas que dice conforme atrapo la pelota con las manos.

—Si te soy sincero, no sé lo que pensar —le respondo, lanzándosela conforme seguimos con este tema. Ha salido de inmediato cuando Eidan me ha visto la cara, así que supongo que lo normal es hablar de estas cosas entre chicos—. No sé por qué me hizo eso en el lago, luego me tiró, y después me llamó de ese modo. 

—A lo mejor se arrepintió en el último momento y por eso se comportó de esa forma tan extraña. ¿Quién entiende a las chicas? —ríe Eidan, sacudiendo la cabeza—. Muchos chicos dicen que las chicas son diferentes aunque parezcan iguales; y, cuanto más mayores se van haciendo, más raras se vuelven. Yo creo que todas las niñas son raras, así que cualquier cosa puedes esperar de ellas.

—¡Oh! ¿Habláis de las chicas? —Iván se asoma tras los matorrales, provocando que tanto yo como Eidan ahoguemos un grito por el susto. El pelirrojo, al ver la situación que ha provocado, suelta una ruidosa carcajada—. Yo sé mucho sobre ellas —asegura, dando varios brincos hasta llegar a mi posición y colocar un brazo tras mi nuca para que nos acerquemos. La sonrisa pilla aflora en sus labios—. He tenido la oportunidad de hablar con muchas, y quizás pueda ayudaros a solucionar vuestras inquietudes, cachorritos.

Iván ha cumplido los dieciocho en abril, pero casi parece un poco más mayor desde que empezó a dejarse el vello rojizo en la cara, específicamente en el mentón y sobre el labio superior. De alguna manera, su crecimiento ha sido mínimo comparado con el mío; mientras que yo he crecido en un año bastante —aunque todavía sin vello—, él a duras penas ha conseguido alcanzar el metro setenta y cinco. Lo único que le hace parecer más ahora ahora mismo son esas botas con suela gorda y de goma. Eso sí, hay que admitir que su cuerpo cada vez más más tonificado, y yo ya he comenzado a tener cierta envidia como les ha pasado a algunos chicos de mi edad. Esto se debe a que yo a duras penas estoy consiguiendo resultados, pero no los esperados.

Actualmente estamos en el mes de agosto y, desde el día de mi cumpleaños, Briana se ha estado comportando de maneras muy extrañas: Casi siempre que la veo tiene prisa para irse a otros sitios y si yo estoy no puede quedarse, aunque si está con Emma o Eliana entonces la cosa es distinta. También la he pillado en la escuela mirándome de reojo desde su pupitre, ya que ella misma le pidió a los profesores que nos cambiaran de hueco y ahora me toca sentarme con Eidan —quien se incorporó una semana antes a las clases, justo en la semana de mi cumpleaños—; esboza miradas furtivas, sonrisas automáticas, cuchicheos entre las chicas, ceños fruncidos cuando la saludo... No sé que le pasa, y me pregunto si he hecho algo más en algún momento. 

Eidan dijo que podría preguntarle directamente, ya que la pelirroja siempre demuestra ser segura de sí misma y directa; aunque el resultado es desastroso. En cada intento, ella termina escapándose con bastante facilidad hasta que yo mismo me tropiezo y caigo de bruces en alguna parte del bosque o me quedo con la palabra en la boca.

𝓗𝚎𝚕𝚕𝚏𝚊𝚗𝚐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora