Yo Antes de Ti || [Versión Ereri] 🌻🐝

Cap. 2

Estaba en el club de atletismo, bajé por las escaleras, abrazándome contra el frío, y caminé despacio hasta la pista, allí estaba Petra, la saludé con la mano cuando se aproximó lo suficiente como para verme —Corre conmigo— jadeó al acercarse.

Su aliento dibujaba nubes pálidas —Me quedan cuatro vueltas— dudé por un momento, tras lo cual comencé a correr junto a ella, no lo suficiente como para sudar, era la única manera en que íbamos a poder mantener una conversación.

Llevaba puestas las deportivas celestes con cordones de arcoíris, el único calzado que tenía para correr, había pasado el día en casa, intentando ser útil, imagino que no pasó ni una hora antes de que le empezara a estorbar a mi madre.

Mamá y el abuelo tenían sus costumbres y mi presencia las interrumpía, mi padre dormía, ya que ese mes trabajaba por la noche, y no había que molestarlo.

Ordené mi habitación, me senté y vi la televisión con el sonido apagado, y cuando recordaba, con frecuencia, por qué estaba en casa en pleno día sentía un breve dolor en el pecho.

—No te esperaba—.

—Me harté de estar en casa, pensé que tal vez podríamos hacer algo— me miró de reojo, una fina capa de sudor le cubría el rostro, era totalmente desagradable, pero era de esperarse.

—Cuanto antes encuentres otro trabajo, mejor— se preocupaba por mí, y yo por ella, una linda amistad, pero me he estado dando cuenta, que solo yo pienso lo de linda amistad.

—No han pasado ni veinticuatro horas desde que perdí el último ¿es que no puedo estar ni un rato triste y decaído? ya sabes, solo por hoy—.

—Pero tienes que mirar el lado bueno, sabías que no ibas a trabajar ahí para siempre, tienes que ir hacia delante, hacia arriba— Petra había recibido el galardón a la "Joven Emprendedora del Año en Stortfold", hacía dos años y todavía no se había recuperado de semejante honor.

Ahora tenía un socio, Auruo Brossard, junto a quien ofrecía sesiones de entrenamiento personal en un área de unos sesenta y cinco kilómetros, y dos furgonetas con el logo de la empresa.

—Un despido tiene el potencial de cambiar la vida de la gente, Levi— miró el reloj para comprobar cuánto había durado la vuelta —¿Qué quieres hacer? podrías volver a estudiar, estoy segura de que hay becas para gente como tú—.

—¿Gente como yo? —.

—Gente que busca una nueva oportunidad ¿qué quieres ser? podrías ser maquillista, eres lo bastante hábil, vi como maquillabas a Mikasa— me dio con el codo, como si debiera estar agradecido por ese cumplido.

—Ya conoces mi método de belleza, jabón, agua, desodorante y colonia— Petra empezaba a mostrarse exasperada, me iba quedando atrás, detesto correr, la detesté a ella por no aminorar el ritmo.

—Mira... dependiente, secretario, agente inmobiliario, no lo sé... Levi, algo habrá que quieras hacer—.

Pero no lo había, me gustaba la cafetería, me gustaba saber todo lo que había que saber sobre The Buttered Bun y escuchar acerca de la vida de las personas que lo frecuentaban, estaba cómodo ahí.

—No puedes pasarte el día de morros, tienes que sobreponerte, los mejores emprendedores luchan por salir del hoyo, como Jeffrey Archer lo hizo y Richard Branson— me dio unos golpecitos en el brazo, para que no me quedara atrás.

—Dudo mucho que a Jeffrey Archer lo echaran de un trabajo— me había quedado sin aliento, me paré y apoyé las manos en las rodillas, ella se dio la vuelta, corriendo hacia atrás, y su voz arrastraba el aire frío y quieto.

—Pero si lo hubieran despedido... es lo que digo, consúltalo con la almohada, ponte un traje elegante y ve a la Oficina de Empleo, o te entreno para que trabajes conmigo, si quieres, ya sabes que se gana dinero, y no te preocupes por las vacaciones... te las pagaré— le sonreí, me lanzó un beso.

Me daba igual que fuera una mentira, porque de igual manera, no le pediría a mi mejor amiga que pagara las vacaciones familiares, tampoco era necesario, una carpa en el patio y ya está, lindas vacaciones —Ya me lo devolverás cuando te vaya mejor—.

Me dio tristeza, hacía mucho por mí, y yo ni siquiera podía corresponderle sus sentimientos.

Debía conseguir trabajo, por mi familia.