Cap. 32

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Narra Jean

Pensaban que no nos daríamos cuenta, al día siguiente, cuando por fin volvieron de la boda, más o menos a la hora de comer, la señora Jaeger estaba tan enfadada que a duras penas atinaba a hablar.

—Podríais haber llamado— dijo.

Desde que yo había llegado a las ocho de la mañana, la había oído recorriendo el pasillo de un lado a otro esperando la llegada del par que no volvió de la boda.

—Os habré llamado y enviado mensajes a los dos unas dieciocho veces, hasta que llamé a la casa y alguien me dijo que «el hombre en silla de ruedas» se había ido a un hotel, no supe que no habíais sufrido un accidente de coche—.

—«El hombre en silla de ruedas», qué bonito— observó Eren, pero se notaba que no le había molestado, estaba relajado y sobrellevaba la resaca con humor, aunque me daba la impresión de que algo le dolía.

Solo cuando su madre comenzó a ir contra Levi, Eren dejó de sonreír, la interrumpió y le dijo que, si tenía algo que decir, se lo dijese a él, pues había sido decisión suya pasar la noche fuera y Levi solo había accedido.

—Por lo que a mí respecta, madre, ya estoy mayorcito y no he de dar explicaciones a nadie si decido pasar una noche en un hotel, ni siquiera a mis padres— la señora Jaeger se quedó mirando a ambos, masculló algo acerca de una «simple cortesía» y se fue.

Levi parecía un poco inquieto, pero Eren se acercó y le murmuró algo, y fue en ese momento cuando lo vi, Levi se puso un poco colorado y se rio, una de esas risas de cuando sabemos que no deberíamos reírnos, una de esas risas que revelan una complicidad, y entonces Eren se volvió hacia Levi y le pidió que se lo tomara con calma el resto del día: ve a casa, cámbiate, tal vez échate una siestecilla.

—No voy a dar un paseo por el castillo con alguien que acaba de pasar una noche de desenfreno y depravación—.

—¿Una noche de desenfreno? — no logré ocultar mi sorpresa.

—¡N-No ese tipo de desenfreno! — dijo Levi, que me dio con el pañuelo y agarró el abrigo para marcharse.

—Llévate el coche— dijo Eren —Así te va a resultar más fácil volver— observé los ojos de Eren, que lo siguieron hasta que desapareció por la puerta, habría apostado siete contra cuatro basándome solo en esa mirada.

Se hundió un poco cuando él se fue, era como si se hubiera estado conteniendo hasta que tanto su madre como Levi se hubieran ido, lo había estado observando con atención y, en cuanto dejó de sonreír, me di cuenta de que no me gustaba su aspecto, noté, incluso desde esta distancia, que tenía la piel de gallina.

Una pequeña señal de alarma comenzó a sonar, distante pero estridente, en mi cabeza —¿Estás bien, Eren? —.

—Estoy bien, no te preocupes—.

—¿Me vas a decir dónde te duele? — se mostró un poco resignado entonces, como si supiera que no era posible ocultármelo, llevábamos mucho tiempo trabajando juntos.

—Vale, un pequeño dolor de cabeza—.

—¿Solo eso? ¿Seguro? —.

—Si... no bebía hace mucho tiempo—.

—Lo que sientes ahora... es la resaca—.

Ambos sonreímos.

—Me alegra que la pasaras bien... fueron a un hotel porque Levi se emborracho, ah que si—.

—Si— se rio al decirlo —Levi casi tardó media hora en sacarme de la silla y llevarme a la cama, ambos acabamos en el suelo dos veces, por fortuna, estábamos tan borrachos por entonces que creo que ninguno de los dos sentimos nada—.

Yo Antes de Ti  ||  [Versión Ereri] 🌻🐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora