La primavera llegó de un día a otro, como si el invierno, al igual que un invitado no bienvenido, de repente hubiera decidido ponerse el abrigo y desaparecer sin decir adiós.
Todo se volvió más verde, un sol acuoso bañó las calles y el aire se perfumó de súbito, en el aire flotaba un rastro floral y acogedor y las canciones de los pájaros marcaban el compás del día.
Lo único que no me agrada, son las preguntas de la señora Jaeger: ¿Cuál es tu orientación sexual? ¿Ha tenido novio alguna vez?
Y lo peor no fue eso, sino sus críticas: ¿No deberías hacer más ejercicio? ¿Por qué comes esa chatarra?
Me ponía nervioso ¿mi cuerpo no era suficientemente refinado para su ojo crítico?
Estas eran las ideas que revoloteaban por mi cabeza cuando la señora Jaeger vino y nos ordenó a Eren y a mí salir fuera.
—He pedido que vengan a hacer la limpieza especial de primavera, así que he pensado que tal vez podríais disfrutar del buen tiempo mientras ellos están aquí ocupados—.
Eren me miró a los ojos y alzó levemente las cejas —No es que tengamos mucha opción, ¿verdad, madre? —.
—Creo que sería bueno que te diera un poco de aire fresco, tal vez, deberían dar un paseo—.
No era una sugerencia disparatada, el jardín estaba precioso, con la leve subida de las temperaturas, de repente todo parecía haber decidido ser un poco más verde.
Los narcisos surgieron de la nada, con bulbos amarillentos que anunciaban las flores venideras.
De las ramas marrones surgieron brotes, las plantas perpetuas se abrieron paso en el suelo oscuro y embarrado.
Abrí las puertas y salimos fuera.
Eren mantuvo la silla dentro de la senda de piedras, señaló un banco de hierro forjado con un cojín, y me senté ahí un rato, mientras dirigíamos nuestras caras ladeadas hacia la débil luz del sol y escuchábamos a los gorriones que se peleaban entre los setos.
—¿Qué te pasa? —.
—¿Qué quieres decir? —.
—Estás muy callado—.
—Dijiste que querías que hablara menos—.
—No tanto, me estás asustando—.
—Estoy bien— dije, y segundos después, añadí —Problemillas con tu madre, por si quieres saberlo—.
—Que hizo— abrí los ojos, solo un poco, impresionado ante su seria expresión —Vamos, cuéntaselo a Eren—.
—Ella podría...—.
—Mi madre va a tener a los de la limpieza corriendo como locos por lo menos otra hora, no vendrá a este lugar, y si lo hace, el camino que hemos recorrido es el único, la veremos, no te preocupes—.
Me erguí y me di la vuelta para mirarlo, me eché el abrigo por los hombros y entrecerré los ojos —Es frustrante que hablen sobre tu cuerpo, sabes...—.
—¿Qué ha dicho? — dijo Eren.
—No es personal, mi familia siempre bromea sobre eso, y sé que sus intenciones no son lastimarme... pero que lo diga otra persona, te deja cosas que pensar sobre ti mismo... es frustrante— Eren pareció sorprendido —No me considero en pésimo estado físico, puede que este aumentando de peso, he comenzado a comer algo de chatarra, pero, creí que no se notaba, pero al parecer estaba equivocado—.
—Levi—.
—Bueno...— me incliné y le coloqué bien la manta, el sol era engañoso, prometía más de lo que en realidad ofrecía —Tal vez yo debería empezar a correr... o algo así, Petra es entrenadora personal, podría pedirle ayuda—.
ESTÁS LEYENDO
Yo Antes de Ti || [Versión Ereri] 🌻🐝
RomanceLevi Ackerman necesita un trabajo para ayudar a su familia y Eren Jaeger necesita alguien que lo cuide por seis meses ya que, al haber sido víctima de un terrible accidente, queda con paraplejia. Levi queda contratado por la familia como cuidador d...