Yo Antes de Ti || [Versión Ereri] 🌻🐝

Cap. 1

Los personajes pertenecen a: Hajime Isayama.

Las imágenes NO son mías, créditos a sus respectivos autores.

La idea de esta historia NO es mía, repito, NO ES MIA, sino de la autora: Jojo Moyes.

Yo he modificado y eliminado ciertas cosas de este interesante y hermoso libro, si quieres leer la versión original, puedes comprarla, esta es solo una versión Ereri (Eren X Levi) no exactamente igual a la original.

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A mi espalda, el sol se ponía detrás del castillo de Stortfold, y su sombra oscura se extendía colina abajo, como cera derretida que trataba de alcanzarme.

Amaba ese castillo.

Di la vuelta a la esquina de nuestra calle y vi la casa, el coche de mi padre estaba fuera, lo que significaba que aún no había ido a trabajar.

Abrí la puerta, el aire cálido me golpeó con la fuerza.

—¿Eres tú, cielo? —.

—Sí— colgué la chaqueta en el perchero, donde luchó por encontrar espacio entre las otras.

—¿Qué tú? ¿Levi? ¿Mikasa? —.

—Levi—conteste, eché un vistazo por la puerta del salón.

Mi padre apareció tumbado boca abajo en el sofá, con el brazo hundido entre los cojines, como si se lo hubieran tragado por completo.

Tom, mi sobrino de cinco años, estaba de cuclillas y lo observaba, le susurro: —Levi ya llego—.

Mi padre volvió hacia mí, por su expresión, supe que estaba muy cansado.

Me otorgo una leve sonrisa e hice lo mismo, me arrodille levemente y señalé la mejilla para que Tom me diera un beso —¿Tienes turno de noche? — pregunte y mi pequeño sobrino me dio el beso de mala gana.

—Sí, ya son las cinco y media— eché una mirada al reloj.

—En realidad, son las cuatro y media— mi padre sacó el brazo de entre los cojines y miró el reloj.

—Entonces, ¿qué haces en casa tan temprano? —.

Negué con la cabeza, vagamente, como si no hubiera comprendido bien la pregunta, y entré en la cocina, el abuelo estaba sentado en su silla, junto a la ventana, estudiando un sudoku, el auxiliar sanitario nos había dicho que sería bueno para su concentración, que le ayudaría a prestar atención tras el derrame cerebral.

—Hola, abuelo— el alzó la vista y sonrió —¿Quieres una taza de té? — negó con la cabeza —¿Una bebida fría? — asintió, abrí la puerta de la nevera —No hay zumo de manzana— el zumo de manzana, recordé, era demasiado caro —¿Ribena? — negó con la cabeza —¿Agua? — asintió y murmuró algo que tal vez fuera gracias cuando le di el vaso.

Mi madre entró en la cocina, con una cesta enorme de ropa limpia y cuidadosamente doblada —¿Son tuyos? — ondeó ropa interior.

—De Mikasa, creo—.

—Eso pensaba, qué diseño más raro— me miro algo sorprendida —Has vuelto pronto, ¿vas a algún lado? —.

—No— llené un vaso con agua del grifo y me lo bebí.

—¿Va a venir Petra luego? llamó antes, ¿tenías el móvil apagado? —.

—Mm...—.

—Dijo que podía hacer reservas para nuestras vacaciones, ¿la invitaras esta vez verdad? —.