Narra Grisha
El chico se mudó el fin de semana, Eren no nos dijo nada ni a Carla ni a mí, pero un sábado por la mañana, aún con el pijama puesto, entré en el pabellón a ver si Eren necesitaba ayuda, pues Jean se había retrasado, y ahí estaba Levi, caminando por el pasillo con un tazón de cereales en una mano y el periódico en la otra.
—Solo le traigo el correo a Eren— dije, y lo mostré.
—A-Aún no se ha levantado, ¿quiere que lo... que lo despierte? — llevaba una camiseta de Minnie Mouse y unos pantalones bordados como los que usaban las mujeres en Hong Kong años atrás.
—No, no si está dormido, mejor que descanse—.
Cuando se lo dije a Carla, pensé que le agradaría la noticia, pero solo se mostró un poco sorprendida, tras lo cual adoptó esa tensa expresión que significaba que ya se estaba imaginando todo tipo de consecuencias indeseables, no lo llegó a expresar, pero tengo la certeza de que no veía con buenos ojos a Levi Ackerman.
No llegamos a saber la verdadera razón que había motivado la mudanza de Levi, cuando no cuidaba de Eren, se lanzaba a limpiar y lavar, iba o venía a toda prisa de la agencia de viajes o de la biblioteca, lo habría reconocido en cualquier parte del pueblo porque siempre llamaba la atención, vestía la ropa más colorida que jamás había visto fuera de los trópicos.
Al parecer, Eren le dio permiso para usar su ordenador, pero él se negó y siguió utilizando el de la biblioteca, no sé si temía que pensáramos que era un aprovechado o si no quería que Eren viera qué estaba haciendo, en cualquier caso, Eren parecía un poco más feliz ahora que él estaba por aquí, un par de veces me llegaron sus conversaciones por la ventana abierta y estoy convencido de que oí a Eren reírse.
Tuve la osadía de llamar a Kuchel Ackerman y preguntar si todo iba bien, ella me dijo que había cortado lazos con su mejor amiga, su relación con su hermana no era muy buena y se había ido de casa, a un departamento, pero, la soledad le abrumaba en ocasiones, también mencionó que Levi se había pensado seguir con sus estudios a la universidad.
Eren dijo que le gustaba la moda y ese tipo de cosa, Levi, sin duda, estaba de buen ver, pero, sinceramente, no sé quién diablos habría comprado el tipo de ropa que él se ponía.
***
Un lunes por la noche Levi preguntó si Carla y yo le podríamos acompañar al pabellón, con Jean, había cubierto la mesa con folletos, horarios, los documentos del seguro y otras cosas que había imprimido de Internet, había copias para cada uno de nosotros, en carpetas de plástico transparente, lo tenía todo organizadísimo.
Quería, dijo, mostrarnos sus planes para las vacaciones (Levi ya había advertido a Carla de que iba a hacer como si todas esas actividades fueran para disfruté de él, pero aun así vi que la mirada de Carla se volvía más acerada a medida que Levi detallaba todas las reservas que había realizado).
Era un viaje extraordinario, que daba la impresión de estar repleto de actividades inusuales, cosas que no me imaginaba a Eren haciendo ni siquiera antes del accidente, pero, cada vez que mencionaba algo (descenso de ríos, puenting o lo que fuera), alzaba un documento frente a Eren en el que se mostraba que otras personas con el mismo tipo de lesión formaban parte de esa actividad, y decía: «Si voy a probar todas esas cosas que debería probar, según tú, entonces vas a tener que hacerlas conmigo», y el respondía con una sonrisa y asintiendo la cabeza.
Tengo que admitirlo: me quedé impresionado con Levi, era un joven lleno de recursos.
Eren lo escuchó y vi que leía los documentos que colocaba frente a él.
—¿Dónde has encontrado toda esta información? — dijo, al fin.
Levi alzó una ceja —La información es poder, Eren— contestó, y mi hijo sonrió, como si hubiera dicho algo especialmente sagaz.
—Entonces... — concluyó Levi, una vez que se acabaron las preguntas —Salimos dentro de ocho días, ¿Es todo de su agrado, señora Jaeger? —.
Se percibía un leve tono de desafío en la manera en que lo dijo, como si la retara a que dijera que no —Si eso es lo que queréis hacer, entonces me parece bien— respondió Carla.
—¿Jean? ¿Aún contamos contigo? —.
—Por supuesto— contesto.
—Y... ¿Eren? —.
Todos lo miramos.
Hubo una época, no hace demasiado tiempo, en que una sola de estas actividades habría sido impensable.
Hubo una época en que Eren se habría negado en redondo solo para regodearse en el malestar de su madre, siempre había sido así, este hijo nuestro: muy capaz de hacer lo contrario de lo que debía solo para que nadie pensara que había dado el brazo a torcer, no sé de dónde adquirió ese rasgo, esa necesidad de rebelarse, tal vez a ello se debía que fuera un negociador tan brillante.
Alzó la cabeza y me miró, con una mirada indescifrable, y sentí que me ponía tenso.
Y entonces miró a Levi y sonrió —¿Por qué no? — dijo —No voy a perderme cómo Levi se lanza por unos rápidos— el cuerpo de Levi dio la impresión de desinflarse un poco, por el alivio, como si hubiera temido que se negara.
Es extraño: admito que, cuando apareció en nuestras vidas, al principio no me fie mucho de él, Eren se encontraba en una situación vulnerable, me daba un poco de miedo que fuera capaz de manipularlo, es un hombre joven y rico, al fin y al cabo, y esa condenada Mina que se había arrojado a los brazos de su amigo le había hundido la autoestima, pero vi cómo Levi lo miraba, con una extraña mezcla de orgullo y gratitud, y de repente sentí una inmensa alegría por que estuviera aquí, junto a mi hijo.
***
Y entonces, Eren contrajo neumonía.
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Yo Antes de Ti || [Versión Ereri] 🌻🐝
RomansaLevi Ackerman necesita un trabajo para ayudar a su familia y Eren Jaeger necesita alguien que lo cuide por seis meses ya que, al haber sido víctima de un terrible accidente, queda con paraplejia. Levi queda contratado por la familia como cuidador d...