Cap. 9

280 49 15
                                    

No tenía ni idea de lo que pensaban de mí casi todos los habitantes de Granta House.

Eren era indescifrable.

Para Jean, sospechaba, yo no sería más que el último en una larga sucesión de cuidadores, era amable, pero distante, me daba la impresión de que no creía que fuera a quedarme ahí mucho tiempo.

El señor Jaeger me saludaba con un educado gesto de la cabeza cada vez que nos cruzábamos en el pasillo, y a veces me preguntaba qué tal el tráfico o si me había adaptado bien, no estoy seguro de que me hubiese reconocido de habernos visto en otro lugar.

Pero para la señora Jaeger... para la señora Jaeger yo era, al parecer, la persona más estúpida e irresponsable del planeta, todo comenzó con los marcos de las fotos, en esa casa nada escapaba a la atención de la señora Jaeger, y yo debería haber sabido que la destrucción de los marcos sería considerada un cataclismo, me interrogó acerca de cuánto tiempo exactamente había dejado solo a Eren, por qué motivo, cuánto había tardado en limpiar el desastre, en realidad, no me criticó pero esa manera parsimoniosa de parpadear ante mis respuestas, sus leves mmmm, mmmm mientras yo hablaba, me dijeron todo lo que necesitaba saber.

Por extraño que parezca, su actitud me afectó más que las groserías de Eren, un par de veces tuve la tentación de preguntarle si algo iba mal, ella dijo que me iba a contratar por mi actitud y no por mis destrezas profesionales, pero bueno, aquí estoy, alegre todo el maldito día.

—¿Por qué diablos intentas poner zanahorias a escondidas en el tenedor? — la voz de Eren me hizo volver de mis pensamientos.

Miré abajo, al plato, había estado contemplando a la presentadora de televisión mientras me preguntaba cómo me quedaría el pelo si me lo tiñera del mismo color.

—¿Eh? no lo he intentado—.

—Claro que sí, las aplastas y luego las ocultas con la salsa, te he visto— me sonrojé, porque tenía razón.

Estaba dando de comer a Eren mientras ambos mirábamos las noticias del mediodía sin prestar demasiada atención, su madre me había pedido que le sirviera tres tipos de verduras en cada plato, aunque él había dejado muy claro que no quería comer verduras ese día, no creo que me pidieran preparar una sola comida que no estuviera nutricionalmente equilibrada casi hasta la exasperación.

—¿Por qué intentas darme zanahorias a escondidas? —.

—No lo intento—.

—Entonces, ¿no hay zanahorias ahí? —.

—Bueno... vale... — Eren esperaba, con las cejas alzadas —Hum... supongo que pensé que las verduras te sentarían bien— era, en parte, por deferencia a la señora Jaeger, en parte por la fuerza del hábito.

—A ver si lo entiendo bien ¿crees que una cucharada de zanahorias mejoraría mi calidad de vida? — dicho así, sonaba bastante estúpido, pero había aprendido que no debía mostrarme intimidado por nada de lo que Eren decía o hacía.

—Tienes razón— dije con calma —No lo volveré a hacer— y entonces, sin razón aparente, Eren Jaeger se rio.

Fue una explosión que salió de él a ráfagas, como si le resultara del todo inesperado —Por amor de Dios— dijo, negando con la cabeza.

Lo miré fijamente —¿Qué más cosas has estado escondiendo en mi comida? vas a acabar diciéndome que abra el túnel para que el señor Tren pueda entregar las coles de Bruselas en la maldita estación—.

Reflexioné durante un minuto —No— dije, sin reír —Yo les digo señor tenedor— murmure recordando como le daba a Tom su comida cuando era un niño pequeño.

Yo Antes de Ti  ||  [Versión Ereri] 🌻🐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora