Capítulo 12- Dolor

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El piso manchado de un líquido espeso y maloliente, una persona sorprendida atrás de él, solo hacían que Rolian se sintiera enojado, todo lo que no pudiera controlar lo hacía enloquecer, ocupaba huir pero tenía que fingir que todo estaba bien, todas las personas lo hacen para no quedar como débiles, el tenía que afrontarlo pero ¿Como? Su cara palidecia y sus extremidades temblaban, ¿Por qué no lo dejan en paz todos?

—¿Estas bien? No te preocupes por el piso, solo relájate, vamos adentro a que descanses, ¿Puedes moverte?—

—...—

—Esta bien— Richard lo miró con una sonrisa, lo agarró de la espalda, y luego de las piernas, cargandolo como una princesa, lo llevó hasta la casa, la cual para su sorpresa no tenía seguro en la puerta, se metió y dejó a Rolian en el sillón.

—Perdón por molestarte, descansa, iré al invernadero y luego me iré, ¿Esta bien?— Richard miró un rato a Rolian que se retorcía, dio un suspiro para luego quitarse su chaqueta y ponérsela encima.
—Me iré—

—Gracias— soltó Rolian con una voz tenue que parecía que no llegaría a los oídos del otro.

—Esta bien— respondió rápidamente para que poco a poco saliera de la casa.

Rolian estaba perdido, lleno de enojo. Se sentía como la mierda, tenía tanto dolor de cabeza y su garganta estaba seca, su cuerpo temblaba, toda esa rabia lo estaba enfermando, ¿Por qué le pasa esto? ¿Por qué desde que llegó aquí, se a sentido mal, realmente son los recuerdos de su padre los que le provocan este dolor?
Su cuerpo quería morir, en su mente sólo estaban todas esas cosas que le hacía su padre y le aterraban, no quería volver a verlo, si tan solo su madre no hubiera muerto, tal vez solo talvez, sería feliz.

Las lágrimas nunca cayeron, aquello que nunca le gustó lo odiaba aún más ahora, ¿Por qué lo haría? Es sólo estupido ¿Acaso eso lo ayudaría? Jamás.

Estaba ahogándose en sus pensamientos hasta que su garganta empezó a arder y se levanto a regañadientes por un vaso de agua a la cocina, al llegar y servirse, lo tomó con desesperación, pensando todavía que le había pasado y en toda esa mierda que tendría que hacer mañana.
Su cara empezó a verse pálida.

¿Encerio hable con un fantasma? ¿Encerio descubrieron que soy un maldito hipócrita? ¿Encerio vomite?

El tema del fantasma aunque lo estaba ignorando lo más que podía, realmente había pasado y lo hacía temblar y al mismo tiempo asombrarse, lo estaba asimilando tenía dudas, claro, pero más que eso tenía miedo ¿Qué se supone que hará?
Luego de pensar un rato, Richard pasó por su mente y cuando se dio cuenta el por qué, realmente sintió vergüenza, ¡Había estado tapándose con la chaqueta de Richard todo este tiempo! ¿Cuándo la puso? El realmente nunca se dio cuenta cuando lo hizo, ni tampoco que la tenía desde que se levantó y vino hasta acá a tomar agua, como si fuera una cobija. Rolian le dio tanta vergüenza que se la quitó de encima y la puso sobre la mesa de un golpe, sus mejillas se tornaron de color rojizo, pero lo reprimió otra vez rápidamente.
Richard realmente había sido una persona muy amable aún así era extraño, esta persona lo cargó, le dio su chaqueta y todavía fue a hacer su trabajo, Rolian gracias a su falta de respeto hacia los demás, no se sentia culpable por pensar cosas malas de el, pero para no quedar mal pensó que sería bueno decirle gracias de nuevo sin embargo cuando recordaba que le mostró una faceta tan vulnerable de él, se sentía apenado y con frustración, por lo que mejor decidió solo irse de la cocina a su cuarto.

Acostado en su cama, le costaba conciliar el sueño, aún le dolía la cabeza pero era soportable, ya era tarde y talvez Richard ya se había ido, pero el realmente no quería ir a descubrirlo, esta persona se había portado bien con él, y cuando le dijo que estaba fingiendo a Rolian no le gustó, como es que podía saber de que manera era Rolian en verdad, si lo trato bien y le sonrio todo el tiempo, era extraño y cada vez que lo recordaba le daba rabia, por lo que mejor cerró los ojos y sin darse cuenta, luego de unos minutos se durmió.

Acostado en su cama, le costaba conciliar el sueño, aún le dolía la cabeza pero era soportable, ya era tarde y talvez Richard ya se había ido, pero el realmente no quería ir a descubrirlo, esta persona se había portado bien con él, y cuando le dij...

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Ya en la mañana un sonido agudo empezó a sonar, era el tono de llamada, del teléfono de Rolian.
Cuando lo vio recordó su mochila la cual llevó a la escuela, en esta traía sus libros y cosas así, pero no su teléfono, ya que lo había olvidado en casa, y ahora no recordaba donde estaba esa mochila, la última vez que la vio fue cuando estaba con Richard, ya que Rolian la traía cargando, tal vez estaría en el invernadero, era poco probable que Richard la hubiera traído hasta la casa.

Rolian tomó el teléfono que estaba en la mesita de alado, desde la cama, aún acostado, contestó aquella llamada de un número desconocido.

—¿Quién habla?—

—Buenos días, Joven Bellerose, soy la señorita Lisa—

—¡Oh! Disculpe, buenos días señorita Lisa, ¿Por qué me llamó?¿Pasó algo?—

—Si, déjeme decirle que tengo malas noticias para usted.—

—¿Qué paso?—

—Me entere que no asistió a clases ayer, aparte de que rompió varias reglas que le dejé—

Al oír esas palabras una leve sonrisa se formó en la boca de Rolian, su plan talvez había funcionado, tan rápidamente.

—Si, disculpeme señorita Lisa—

No lo voy a negar, así que saqueme de aquí, ¡YA!

—Entonces me veo en la necesidad de hacer algo molesto...—

No me importa, hago ahora mismo las maletas otra vez.

—He asignado un tutor para que cuide de usted—

¡¿ESPERA, QUÉ?!

—Ese tutor se encargará de todo, y hasta de la tarjetas de crédito y dinero que le da el señor Bellerose—

—¡¿Qué?! Pero eso es...— Por la sorpresa de la noticia Rolian sin querer habló en tono grosero.

—¿Qué? ¿Injusto?, con todo respeto, injusto es que abuse de la confianza que le dimos y que haga lo que se le plazca, sea responsable y luego hableme de justicia.—

Con que derecho haces eso, yo nunca les pedí que me trajeran acá, ni siquiera tengo idea de por que mierda estoy aquí.

—¿Mi padre está de acuerdo con esto?—

—Claro—

Obviamente iba a estar de acuerdo, ¿Porqué siquiera sigo creyendo en él?

—¿Quién será el tutor?— Rolian no quería aceptar esto, tan solo de pensarlo lo carcomia por dentro pero si su padre estaba de por medio, ¿Qué podía hacer para negarse?

—Su tutor será Richard—

¡Ay no me jodas!

El solitario chico fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora