Capítulo 48- Comportamientos extraños

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La energía que hay...

Todos deseamos varias cosas, dinero, fama y felicidad
Desgarrariamos el mundo por tener lo que deseamos, incluso sacrificariamos todo, todo lo que fue nuestro y lo que no pudo serlo jamás.

...que nos destruye hoy...

El tiempo que se vuelve el destino, el pasado que desvela la verdad, como la flor que floreció ayer, y la que pisaran en el suelo mañana ya marchita.

...duele mañana.

Los ojos que miran el mismo lugar, sin ser lo mismo, el tiempo atrapado que avanzo sin darse cuenta, y que ahora nos atrapó en la nostalgia, mutilando la vida.

La energía que destruye hoy, duele mañana.

Y no lo puedes evitar, tal vez ya estas muerto.

Richard miró la puerta del invernadero, cálida y llena de luz, poco a poco haciéndose de noche, no había hecho de comer todavía, Rolian dijo que se iría un rato con collette después de la escuela, supo que no podía evitarlo, esos dos se habían vuelto amigos. Todo lo que pasaron los unió, sin embargo no fue así con el, sobretodo reparando la casa parecía un tanto cansado estos días.

Los muebles estaban rotos, no podría decírselo a la señorita Lisa...jamás, se supone que por eso lo contrato para cuidar todo, al final todo se destruyó.

Que agotador...

Gracias al dinero de Rolian, nada dolió demasiado, de hecho, la casa ya estaba como nueva y aunque había cosas que no se podían reparar, como sus sentimientos encontrados, él quizo decir, sus valiosos muebles, realmente ya no valía la pena preocuparse por eso.

Fue a la casa, camino a la cocina a preparar café, luego fue a limpiarse y ponerse la piyama. Decidió tomar el café en el balcón de la biblioteca.

Cuando se sentó en el sillón, miró alrededor del lugar, la biblioteca estaba cerrada cuando ocurrió el desastre de halloween, cuando dividieron las llaves, la copia original se la quedó Rolian, Richard tenía todas las llaves menos 4 llaves; la llave que tenía campanillas, no sabía de que era, no había necesidad de tenerla,  la llave de el cuarto rojo, la llave del cuarto de Rolian y la llave de la extensión del cuarto de Rolian, la biblioteca.

No sabía cual era la obsesión con la biblioteca, no era extraño, era lindo. Inclusive estaba un poco celoso, digo que tenía de interesante unos libros, sí él había mentido, cuando dijo que le gustaba leer, solo quería quedar bien con el mocoso frente a él.

Eso no importaba ahora, miró al cielo, su tercera cosa favorita era el cielo, su sueño de niño había sido ser un astronauta, suponía que de niños todos teníamos muchos sueños. Algo locos.

Tomó café, comió una galleta.

Esto era su comida regular cuando no tenía a nadie, se había acostumbrado tanto a cocinar y a comer su comida, que se había olvidado que su dieta consistía en café con galletas y 100 gramos de proteína mínimo para no morir.

De todos modos eso no importaba.
Tomó café y galletas de nuevo.

Empezó a tararear una canción, esa melodía que siempre recordaba en momentos solitarios. El amaba estar solo, inclusive cuando era una persona extrovertida los momentos más lindos eran cuando estaba solo aquí, bajo las estrellas.

Miró debajo de él por el balcón, miró algo raro, había un gato.
Uno literal, olvida el apodo de Rolian...¿Por qué solo podía pensar en Rolian?

Lo ignoro.

Después de un rato mirando al gato, se acercó a él, salto desde el árbol al balcón, y derrepente el gato estaba delante de él.

El solitario chico fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora