Capítulo 13- Tutor extraño

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El día soleado, con pájaros cantando alrededor, era demasiado hermoso y tranquilo. Talvez ya era tarde para ir a la escuela, la alarma de Rolian no había sonado y en vez de eso, una llamada lo interrumpió mientras dormía. Estaba un poco molesto, el quería dormir más, pero luego de la llamada un tanto frustrante para ambos lados, Rolian quería morir, el sueño se hizo enojo, golpeó con furia la mesa y se levantó. Traía puesto aún el uniforme de la escuela puesto que nunca se le ocurrió quitárselo, miró la hora en su teléfono y para su sorpresa ya eran como 3 horas de retraso para la escuela, talvez ya estaban en el descanso, Rolian con eso en mente, decidió no ir, tenía flojera, malhumor y frustración, un día de descanso no le haría mal.

Quería ir a la cama pero tenía hambre así que fue a las escaleras rumbo a la cocina, y al llegar a la sala, notó un delicioso olor que venía de la cocina, al principio sonrio y siguio caminando pero justo a unos pasos de la cocina, se congeló y empezó a recordar algunas palabras de la llamada con la señorita Lisa;
"Le conté a Richard ayer de la idea y aceptó, me pidió permiso para dormir ahí, así que dejaré que el le explique lo demás, hable con él por favor"

Rolian entró en pánico y retrocedió por el pasillo hasta la sala, miró a los lados y con sorpresa, hayo un par de cobijas en el mismo sillón donde durmió la primera vez en esta casa, luego volteo hacia la mesa que estaba en medio y abajo estaba su mochila. Esto lo sacó de la conmoción y la agarró rápidamente, suspiró y se tranquilizó, derrepente  escuchó unos pasos venir para acá, volteo atrás y ahí estaba Richard, con una camisa blanca y unos boxers negros.

—Buenos días, ¿Cómo dormiste? ¿Te sientes mejor?—

El cabello rubio desarreglado de Richard, junto con la ropa que tenía lo hacían ver algo seductor.
Rolian no quiso mirar a los ojos a Richard, tenía mucha pena por lo de ayer, pero tenía que responder rápidamente antes que se hiciera un silencio incómodo.

—Si, gracias— aunque Rolian quería decir más sentía que se estaba ahogando en pena, se quedó en silencio unos segundos para tranquilizarse y luego volvió a hablar
—¿Dormiste aquí?— era muy obvia la respuesta pero quería decir algo ya que si hablar era penoso, quedar en completo silencio sería peor.

—Eh...Si...¿No te a dicho nada la señorita Lisa?— Richard se sentó en el sillón mientras veía a Rolian con una cara confundida —Por cierto, no tienes que ir a la escuela hoy, te reporte enfermo así que descansa, si quieres ponte de nuevo la piyama no me molesta— Richard rió.
Esta persona desconocía el hecho de que Rolian nunca se había puesto la piyama y al verlo con la mochila en la mano creyó que iba a ir a la escuela aún que ya era tarde.

—Gracias— Rolian seguia diciendo pocas palabras pero por dentro estaba algo feliz por la ayuda de Richard,
—La señorita Lisa me dijo que serías mi tutor pero solo me dijo eso— habló con cierto enojo, lo escondía, aunque Richard lo noto claramente.

—Bien, te lo explico todo si quieres, entiendo que es cansado que la gente te imponga las cosas, ¿Cierto? Respeto a la señorita Lisa pero creo que está vez se excedió un poco, pero ella realmente es una buena persona— Richard saco una linda sonrisa y continuó —¿Pero mientras hablamos hay que desayunar, te parece? Es que tengo hambre y parece que tu también.—

—Esta bien— Rolian sintió la manera extraña con la que Richard hablaba de la señorita Lisa pero no le tomó mucha importancia.
Estaba algo cansado de que la persona de a delante viera a traves de él, pero lo olvido un poco por culpa de una tenue alegría que surgio por que parecia que alguien talvez lo entendía un poco, se sentía bien.

—Ve a ponerte algo cómodo y luego desayunamos— Richard señaló con los ojos a Rolian y se acercó hacia él, hasta que estuvo demasiado cerca. —Mira esto, talvez la señorita Lisa tenía un poco de razón en que te cuidara, eres muy descuidado— estiro los brazos hacia el cuello de Rolian y para la sorpresa de este, Richard le estaba acomodando delicadamente el cuello de la camisa y el suéter chueco que tenia.

El solitario chico fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora