Capítulo 20- Son un pueblo

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Las calles estaban solas, casi todos estarían disfrutando con su familia, comiendo y riendo. Aún que era mitad de semana, lo más importante para esta gente era su familia.

Son un pueblo.

Rolian miraba a los lados, las casas era simples, la más grande tenía 2 pisos, Richard lo soltó hace minutos atrás, le hablaba de la gente del pueblo mientras sonreía, no le presto atención, seguía pensando en el fantasmita. Definitivamente no quería olvidarlo.

Richard le tocó el hombro y le dijo
—Ahí está mi casa, ¿Quieres entrar?— su sonrisa se hizo más clara.

¡Si no quieres que entre, solo dilo!

Rolian entendió rápidamente que esta persona no quería que él entrara, así que le dijo que no. El otro sonrió y camino hacia su casa, a lado de esta estaba una frutería del otro lado una florería.
La casa de Richard era pequeña, quizá más pequeña que el invernadero, solo con un piso y color verde. Rolian miró a los lados y decidió ir a la frutería, esta era de los padres de Richard, se lo había dicho.

Al entrar, no había nadie, Rolian suspiró de decepción, agarró unas fresas, derrepente alguien gritó.

—¿Tienes dinero?— Alguien se asomó desde la la barra, una mocosa de 7 años, lo miró inocentemente.

Rolian la miró con una sonrisa y la chica sonrió fuertemente.
—¡Señor, usted es muy guapo, se lo doy gratis!—

"..."

¿Señor?

Rolian congeló su sonrisa, se acercó a la niña rubia y de ojos verdes, habló amablemente sin dejar de sonreír.
—Gracias, pero no me gustan las cosas gratis, toma el dinero y lo que sobre te lo regalo por el cumplido—
Saco su billetera y la abrio, tenía mucho dinero en ella y la chica miró sorprendida.

—Señor...Gracias— la chica agarró el dinero con su cara roja, le había dado más de lo que costaban las fresas. Rolian había visto el precio en el cartel.

¿Señor?

Rolian no lo soporto más y hablo rápidamente —¿Soy Rolian, y usted señorita?—

—Soy Rozenn—

—Que buen nombre, están lindo como tu—

—Gracias— la niña habló sorprendida y avergonzada, rápidamente salió corriendo a una entrada cubierta por una cortina.
Rolian se sorprendió, pero luego de unos segundos la mocosa abrio la cortina y en sus manos tenia una pequeña canasta de frutas y de el otro lado un peluche de gato. Miro a Rolian y se acercó a él, extendió sus brazos y puso las cosas en la barra.
—Esto...es grat...un regalo—

—¿Gracias, como supiste que me gustan los gatos? Es un gran regalo— La mocosa sonrió y alegremente empujó las cosas para que Rolian las agarrara, y este obligado las agarró.

—¿Tienes dinero?—
Rolian volteo hacia la entrada de la frutería. Un hombre apuesto lo estaba mirando, con una sonrisa burlona.

—¡Hermano es un regalo!—

—Un regalo caro, hermanita, tienes que cobrarle, o estaremos pobres.—

—¡No entiendes, el tiene dinero, cuando me casé con él, no seremos pobres!— la mocosa tapó su boca rápidamente y miró a Rolian.

Richard se sorprendió y luego rio a carcajadas —¿Eso es cierto Rolian? No crei que tu tipo fueran mocosas entrometidas— Richard paró de reír y fulmino a su hermana.

—¡Conozco esa mirada, hermano! Yo lo vi primero, aleja tu ojos gays de mi prometido— La niña gritó enojada y señalando a su hermano.

Rolian se sorprendió al oír esas palabras y entonces miró a Richard que estaba en la esquina venir hacia la mocosa rápidamente con ojos enojados, —Yo lo vi primero, pero no me interesa poner mis ojos gays en él, aún así no es tu prometido—

El solitario chico fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora