El solitario chico fantasma

Capítulo 28- El loco

Rolian estaba furioso, de camino a la casa, no había nadie alrededor así que no quito su ceño fruncido. Su cara amargada estaba muy bien expuesta, ahora era como un libro abierto, esa cara era de verdad lo que Rolian es en realidad pero este mocoso no soporto más estar enojado, odiaba esa sensación de frustración, aunque es la emoción que más a experimentado en su vida.

No estaba siendo maduro.

Sin embargo, que toda la escuela te haya puesto un apodo para burlarse de ti, no es algo que te deje estable para tomar decisiones muy maduras. Con el simple hecho de haber pensado si quiera en llamar a su padre, eso ya era...Increíble.

Increíblemente estúpido.

Ahora se sentía como en esas historias, donde leía como un personaje mocoso adinerado le hablaba a sus padres para que solucionaran sus problemas. ¡Que tan estúpido, era en momentos como estos!

Su padre literalmente era un desconocido, le había costado años de serenidad que lo llamara tan siquiera padre, ¿Entonces por qué pensó en llamarlo? ¿Realmente podría ser que sentía que el podría ayudarlo?

¿Y que hubiera pasado si le hablaba en verdad a su padre, si la maldita batería no se hubiera acabado, ese maldito le habría contestado?

¡Já!

Hasta el enojo se esfumo. Obviamente no contestaría por que esta ocupado con sus cosas, ya no seria una sorpresa, un desagrado o tristeza, solo sería un "No contesta".

Estaba acostumbrado.

Aun si la persona que "No contesta" es su padre, el que se supone tenía que criarlo pero no estuvo ahí nunca, no sentía que mereciera sentir algo de decepción, ¿desprecio? Claro que lo desprecia pero si estuviera cada maldito momento de su vida preocupado por una rata como esa mejor solo debería morir.

En este momento de su vida ya no le interesaba si tenia o no el amor de su padre, mientras le diera dinero con eso era suficiente.

Aun así, con todo ese odio acumulado de años de decepciones, Rolian siempre que miraba a una familia feliz, se le hacía un nudo en la garganta y sin darse cuenta ya no podía dejar de mirar, de anhelar. Quizá era por ello que aún con todas las ganas de matarlo que tenía y que lo nublaba aveces, si su padre le decía algo el lo hacía, como un sirviente, si su padre quería casarse otra vez, si quería que conociera a otro hermanastro, si quería que semanas antes de que se cumpliera el aniversario de la muerte de su mamá se la pasara en un lugar deconocido solo por que se le dio la gana, entonces el diría que si.

Diría si al abandono, a la falta de cariño, a la añoranza de compañía, a la inexistencia de una familia. Solo diría que si para no tener que sentirse triste por que ya no podía...

...soportarlo

Rolian siguió caminando, ya faltaba poco para llegar a la casa, seguramente Richard ya habría hecho la comida, su trabajo era ese, una comida así la verdad es que no era esperada, era como ir aun restaurante, aunque tampoco cocinaba en su casa al menos ahí, era su hogar, ya se había acostumbrado a su comedor y a su chef, se sentía más cómodo, más en confianza, no era familiar, era como una comida solitaria, en la que no tenía que pretender nada, ni buenos modales o comportamientos amables. Era su casa si a alguien le desagradaba que se fuera.

Asi que solo de pensar en Richard, en que tendría que fingir, era como si alguien le golpeara la cabeza repetidamente sin descanso, no era para nada agradable.

Al menos iba a descansar al llegar a su cuarto, esa pequeña pieza en la que podía ser el, sin miedo a que la gente lo desprecie, que lo odien e ignoren. El sabía que era una mala persona, sabia que si nadie lo amaba era por algo, así que si fingía ser una buena persona, la gente al menos podría darle algo de cariño sea real o no, mientras sea cariño, no sentiría que su sonrisa fuera tan falsa.