Capítulo 45- Destino

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Rolian no creía en nada, era un ateo, inclusive teniendo todas esos rituales y mierdas de creyentes, aun con un padre bastante reservado, nunca creyó en nada que no fuera científicamente probado, aún no lo sabía Rolian pero solo era un idiota. Creer siempre fue algo que no era necesario. ¿Creer en qué?

Vio su mano manchada de sangre ajena, todo su rostro cubierto, de algo ajeno a su destino, no se suponía que sería así, todo estaba errado, desde el día en que piso este lugar, todo estaba mal...inclusive la aterradora sensación de muerte que lo acechaba, los fantasmas que atravesaban su mente, y el fantasma que le robo el corazón.

Todo estaba mal, tan malditamente mal.

Ya no había salvación...en él.

Agarro el bate y lo lanzó al río, que atravesaba la calle, arrastro a Collette, no es que fuera cruel, solo que no podía cargarla, no tenía tanta fuerza, al darse cuenta de eso realmente quizo dejarla ahí, pero eso era tan malo.

Agarro el bate y lo lanzó al río, que atravesaba la calle, arrastro a Collette, no es que fuera cruel, solo que no podía cargarla, no tenía tanta fuerza, al darse cuenta de eso realmente quizo dejarla ahí, pero eso era tan malo

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Al levantarse, lo primero que noto es lo mucho que le dolía el brazo, su cara golpeada, la sangre que escurrió ya no estaba, se sintió desnuda en sus propios sentimientos vacíos, lo último que recuerda es a Rolian mirándola.

Apretó el botón se asistencia, llego una enfermera a explicarle lo que había pasado, asintió levemente, cuando le dijeron que tardaría en sanar unos meses, asintió de nuevo, cuando pregunto por Rolian y la enfermera se quedo callada, no pudo asentir, lo intento pero al bajar la cabeza no pudo subirla más.

Su estómago empezó a doler.

Alguien abrió la puerta, era el médico y al lado estaba Richard, vio su ropa y también tenía sangre en toda su ropa, no sabía de quien era.

—Que bueno que despertaste— dirigió su mirada a Collette mientras suspiraba, sus ojos verdes eran nítidos. Como si hubiera llorado.

No sabía si era el momento pero quería preguntar por Rolian.
Estaba un poco preocupada por el, más que por si misma de hecho.

—Debes estar cansada y confundida, todavía estas un poco sedada, te administraremos un calmante, tienes que dormir un rato más, estarás aquí mínimo una semana— Dijo el doctor y se acercó preparando las cosas junto a la enfermera.

Antes de que Collette pudiera decir una palabra más, se quedó dormida, poco a poco desvaneciendose
—Roli...an...— pudo decir al cerrar sus ojos completamente.

Richard la miro secamente, ya no le quedaba más que decir, su mirada empezó a llenarse de nuevo de lágrimas.

—Richard, las visitas son suficientes por hoy, debes ir a casa y bañarte, también debes cambiarte esa ropa—

Richard respondió girando sin decir nada y se sentó en el pasillo junto al cuarto de alado.

El doctor suspiro y no objeto más, cerró el cuarto de Collette mirando hacia el cuarto de Rolian...

El solitario chico fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora