Capítulo 14- Es por ti

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La manera en que los árboles se mezian daban un aire refrescante, un chico que traía una camisa blanca con las mangas cortas de color azul claro y en su pecho una bolsita del mismo color, unos jeans y tenis blancos de buena marca.
Esta persona daba la apariencia de alguien amable pero tenía una expresión de amargura oculta mientras caminaba y pateaba algunas rocas.
Nunca creyó en primer lugar que estaría aquí, gracias a una razón desconocida de su padre, ahora estaba en un campo desolado, aunque nada fue lindo desde que llegó, como la gente, y sus acciones, los pequeños momentos como este en que miraba el cielo le daba tranquilidad.
Derrepente el semblante serio de Rolian se estremeció, sus ojos se abrieron y su boca también en manera de sorpresa.

Mierda...Noel.

Olvido este pequeñísimo detalle como si nunca hubiera pasado, ¿Por qué? Su memoria era mala pero no a tal extremo.
Gracias a que los árboles le recordaron a cuando veía los de la escuela por la ventana de la biblioteca, es que se acordó.
Empezó a correr hacia el portón pero al llegar, este estaba cerrado, y en un momento de idiotez buscó las llaves en su pantalón en donde solo estaba su celular. Se preguntó dónde había dejado las llaves pero entonces miró rápidamente hacia la casa con la respuesta en mente; estaba en su cuarto.

Corrió hacia la casa, tenía que ir con ese ser, quizá era molesto y aunque la promesa recordada le valía, algo lo empujaba hacia el como si necesitara estar con el, un sentimiento algo extraño pero muy tranquilo. Al llegar, no había tardado mucho, abrió la puerta y fue por las escaleras hacia su cuarto, no había visto a Richard pero eso ni siquiera lo pensó. Las llaves estaban entre las sabanas, se abrían caído de su bolsillo mientras dormía, las tomó y se dirigió otra vez a la puerta pero antes de salir alguien gritó y luego sonó un golpe hacia la mesa, Rolian con mano encima del picaporte, reconoció la voz de Richard que venía de la cocina, no quiso averiguar qué estaba discutiendo para tener que gritar las palabras "Dejame en paz", no le importaba, tenía que ir con el fantasma pero por el susto se detuvo luego de unos segundos abrió la puerta y salió corriendo para la escuela pero con llaves en mano.

 Las llaves estaban entre las sabanas, se abrían caído de su bolsillo mientras dormía, las tomó y se dirigió otra vez a la puerta pero antes de salir alguien gritó y luego sonó un golpe hacia la mesa, Rolian con mano encima del picaporte, reconoci...

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Había llegado a la escuela, no tardó por que estaba cerca pero si se cansó, miro a los lados mientras agarraba el gran porton de la escuela, localizó al guardia raro que le había hablado ayer, lo miró y se dio cuenta que estaba dormido, ¿No hacia más que dormir? No sé estreso por eso y solo gritó casi sin aliento, —¡Señor guardia, escuché por favor, abrame!— sus gritos amables eran buenos, no se sentía la clara desesperación que tenía, ser amable era cada vez una actuación diaria que mejoraba cada día, eso era bueno. —Señor guardia, por favor despierte— Rolian se empezó a desesperar más y pensó en escalar el gran portón pero al mirar hacia arriba se dio cuenta que los barandales acababan en puntas afiladas, paso saliva y continuó gritando.
Luego de algunos cinco gritos más el guardia se movió, el cual levantó su gorra para destapar sus ojos, la luz lo cegó, se talló y miró hacia un chico el cual lo miraba con angustia, pero realmente este estaba enojado, el no lo notó.

El solitario chico fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora