Luna| Derek Hale

Un buen mal plan

Vol. Elizabeth

Flashback:

- Este es un pésimo plan- Dije- ¿cómo les parece que matar a Scott es un buen plan?

- No estará muerto, sera más como dormido- Dijo la mamá de Kira.

- Y si funciona podríamos saber la identidad del benefactor- habló Kira.

- Me sigue pareciendo mala idea- Dije- Y encima ayer casi mueren y ahora esto.

Ayerhabian atracado la escuela con un virus que afectaba a todos pero mataba a los sobrenaturales, ellos sobrevivieron por poco y encima querían hacer esto.

- Pero podría funcionar- Dijo Stiles.

- Podria- suspire- hagamos esto.

Presente:

No podía dormir estaba muy nerviosa con respecto a este plan, no importa lo que sea que me digan me seguía pareciendo un pésimo plan.

- Ya calmate un poco me pones nervioso- Dijo Derek.

Di un salto del susto y luego me puse la mano en el pecho.

- ¡Por Dios! Derek, me asustaste- Dije.

- Lo siento- se disculpó.

- ¿Que haces aquí?- pregunté.

- Vine a verte- Dije el.

- Ya me viste, ya puedes irte- bromé.

- Claro...

- Oye, ¿Eso es sangre?- Dije viendo su franela manchada.

- No es la gran cosa- Dije el.

- ¿Por que no se está curando?- Pregunté acercandome para ver la herida.

Le levanté la grabe la para ver mejor la herida, y aunque no se veía tan mal, debía ser limpiada y cubierta.

- Derek- lo llame viendo que no había dicho nada.

- Algunas heridas tardan más- Dijo.

- Estuve casi un año contigo Derek, ¿A mi quieres engañarme? Dime la verdad.

- Bien- Dijo el- desde que Maté me rapto he estado perdiendo ciertas habilidades.

- ¿Como cuales?- Pregunté.

- Todas- Dijo.

Mi boca formó una o por la sorpresa.

- Será mejor que valla por el botiquín- Dije.

Fui al baño a por el botiquín y volví a la cocina.

- Subete a la mesada- Dije, el hizo lo que pedí- ¿Podrías quitartela?

- ¿Que la franela?- Pregunto.

- ¿Tu que crees, tonto?- Dije.

Ambos sonreimos y luego el se la quito.

Su abdomen se veía mejor desde la última vez que lo vi, era mucho mas marcado.

Saque lo que necesitaba del botiquín, alcohol, algodón y una gaza, para luego comenzar a limpiar la herida con el algodón y alcohol.

- ¿Pica?- Pregunté.

- Un poco- respondió.

- ¿Sigues asiendo ejercicio?- Pregunté.

- Nunca los deje, ¿Y tu?

- Tampoco- respondí.

Cuando terminé tome la gaza y la coloqué y me asegure de que las orillas de pegaran a la piel y dejarán libre a la herida.