✩｡:•.───── ❁ Luego del incendio su vida cambió una vez más ❁ ─────.•:｡✩
Ya han pasado dos meses desde que decidió aceptar la propuesta de Undertaker y su vida juntos es un caos y llena de secretos que poco a poco saldrán a la luz.
★・★・Los persona...
-Todos se encontraban en el circo a primera hora para ver a los nuevos hacer su examen de ingreso. Todos estaban reunidos en uno de los lugares de práctica, en el de tiro con cuchillos exactamente, tanto Ciel como Sophie llevaban ropas sencillas, pero Ciel se hacía pasar por un paje de una mansión con el nombre de Finnian.
*Muy original*
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-Todas las damas perteneciente al circo estaban encantadas con Sebastián, y los caballeros con Sophie, pero a Ciel, a pesar de ser lindo y adorable, no le dejaban de preguntar si realmente era un chico. La primera prueba era lanzar cuchillos debido a que el Conde había dicho ser bueno lanzando dardos. La Diana estaba a unos 7 metros de distancia y su baja estatura de seguro no fue de gran ayuda, pero logró darle al centro con la ayuda de Sebastián (obviamente), que lanzaba pequeñas piedras al mago de los cuchillos para redirigir la trayectoria de éstos. A pesar de lanzarlos sin conocimiento alguno siempre acertaban dejando a todos sorprendidos.
~¿Ya tienen suficiente?~dice el conde arrogante señalando la Diana llena de cuchillos. Los únicos que aplaudían era su demonio y la joven.
~Vaya, que bueno es el muchacho. Cualquiera diría que no le daría a la Diana.~ dice la joven en un susurro burlón a lo que el demonio a su lado le sonríe de forma cómplice.
~Parece que tienes buen control. Eres mejor de lo que esperaba, pero el examen acaba de empezar.~dice Joker burlón. ~Señorita...?
~Sophie, puede llamarme Sophie.~ responde dulcemente.
~Muy bien, Sophie. Quiere intentarlo?
~Yo?
~Sí. Se que no está aquí para hacer el examen, pero no pierde nada intentándolo ¿verdad?
~Tiene razón~dice con una sonrisa~ lo intentaré entonces~ dejan libre la Diana y le entregan los cuchillos. Se toma un segundo para calcular la trayectoria precisa y coloca todos los cuchillos entre los dedos de su mano derecha, y en un rápido movimiento ya estaban todos en el centro de la Diana, tan juntos que la única separación entre ellos era el mango. Todos se sorprendieron de sobre manera por la habilidad que demostraba.
