◦•●◉✿ Esa Rosa, en otro jardín (Kuroshitsuji) ✿◉●•◦

Aclaraciones

~Sebastián!

~Mi Lady?. Qué hace por aquí?

~Ah. Solo pasaba. Pero me alegra verte justo en este momento.

~Justo ahora?

~Asi es. Hay algo que quiero preguntarte.~lo toma de la muñeca y se adentran en una de las habitaciones más cercana. ~Oh. Es una habitación~dice acercándose a la cama y sentándose en ella.

~Bien. Y que es lo que desea preguntarme~dice el demonio estando a un lado de la puerta brevemente cerrada. Ella palmea el espacio junto a ella de la cama indicándole que se sentara. Éste lo hace y se le queda mirando.

~Realmente me alegra verte de nuevo. Pero quiero saber, ¿Como es posible que estén los dos aquí?. Creí que el contrato había acabado.~él la mira y suelta un suspiro y luego la ve de forma burlona.

~Su curiosidad no tiene límite ¿verdad?.

~Me conoces muy bien Sebastián~ dice con una sonrisa.

~Bien. Se lo contaré. Pero no debe de decir nada al respecto.

~¿Desde cuando yo he comentado lo dicho en nuestras conversaciones?

~Tiene razón. Bien.~ suelta un suspiro pesado para empezar a relatar~luego de cruzar el puente, duramos muchos meses para llegar al lugar donde tomaría su alma. Al momento de hacerlo, me encuentro con la desagradable situación donde fuí víctima de robo del alma de Bocchan...

~Espera!. Realmente pueden hacer eso?

~Así es.

~Que mala pasada.~dice la joven tratando de ahogar una risa provocando que el demonio la mirara de forma asesina~lo siento. Por favor continúa~dice con una gran sonrisa.

~Como decía. Luego de eso, tuve que buscar el alma de Bocchan, pero por el tiempo que pasó su cuerpo separado de ella a perdido el sabor, así que volveré a forjar esa alma para que sea la mejor cena.~dice haciendo brillar sus ojos y asomando sus colmillos. Ella saca un pañuelo y limpia las comisuras del contrario.

~Babeas~dice de forma burlona mientras lo limpia. El demonio se sonroja por la situación.

~Lo siento~dice con algo de vergüenza deteniendo la acción de la joven.

~No te preocupes~ dice con una tierna sonrisa, y se quedan mirando fijamente por unos segundos como si solo importaran ellos dos, hasta que ella rompe el silencio~dime, ... quien la había robado?

~...el mayordomo de los Trancy.~ sus ojos y su boca se abrieron demostrando su sorpresa.

~Eso es... interesante. Todos los sirvientes de ésta casa son demonios, pero...¿como es eso posible?. ¿acaso hizo un contrato con todos ellos o qué?

~De echo, mi Lady. Los demonios están divididos en diferentes clases. La más baja (5) son los Huestes, seguidores o ejército que sirven a los de clases mayores. En cima de ellos (4) están los Gobernadores, destructores que ejercen su furor. Con más jerarquía (3) se encuentran las potestades, poseen el poder de gobernar naciones. Encima de estos (2) están los principados, todos los príncipes gobernantes. Y en la cima de la cadena (1) están los Reyes, todos los gobernantes de mayor jerarquía del inframundo.

~Espera, espera. Me estás dando mucha información. Además de eso, ¿que tiene que ver eso con el echo de que el Conde Trancy tenga tanto sirvientes demonios?

~Los trillizos son Huestes.

~Osea que ellos le sirven al mayordomo principal?

~De echo, el señor Claude es Potestad. No tiene jerarquía suficiente para tener seguidores.

~Eso quiere decir que la sirvienta es ¿Principado?

~Lo está entendiendo, mi Lady.

~Y tú?. De que clase eres?.

~Yo soy Gobernador.~dice con una sonrisa arrogante.

~Eso es fabuloso~dice con una sonrisa divertida~pero eso significa que ellos tienen rangos mayores al tuyo. Entonces, ¿tienen más poder que tú?.

~Si y no. Se puede escalar posiciones. Así que podrían vencerme o al revés.

~Facinante. Por cierto...~dice acercándose a él para abrazarlo~ es lindo tener te de vuelta. Aunque solo sea por un momento.~dice con una tierna sonrisa y él corresponde a ambos gestos.

~A mí también me agrada verla de nuevo. Creo que ya deberíamos volver a la fiesta.

~Sí. Tienes razón.~se levantan y se dirigen al gran salón.
.
.
.
.
.
.
.

<<En el bosque de la mansión>>

-Ciel se encontraba recostado en un árbol recuperando el aliento por haber corrido por toda la mansión buscando la salida.

~¿Qué pasa?~pregunta una voz que era alterada para semejar a una femenina.~¿sufres? ¿te duele?~decia una joven sirvienta rubia de ojos azul claro que salía de entre las sombras~si te duele, te lameré y te sentirás mejor.~ dice lamiendo sus labios y acercándose a él ~la herida, claro...

~Detén esta farsa~dice el conde irritado.~¡detén esta farsa, Alois Trancy!~a lo que la joven sonríe satisfecha.

~Así que lo has descubierto. Qué aburrido.~dice Alois quitándose la peluca y volviendo su voz a la original.

~Supuse que vendrías a buscarme si me encontraba solo.

~Entonces, ¿me has seguido a propósito?. Pero...~en ese momento aparece su mayordomo detrás de un árbol y sus tres sirvientes.

~No deberías subestimarme.

~Reitero las palabras de mi joven señor.~dice Sebastián apareció en escena.~creo que se lo advertí, señor Claude.

*Flashback*

-Sebastián revisaba la mansión Trancy a pedidos de su amo cuando fué encontrado por el mayordomo principal de la familia husmeando en una de las habitaciones.

~Qué estancia tan maravillosa~ dice Sebastián al ver a Claude~ la cama bien echa, la limpieza...hasta en el interior del escritorio: todo está perfecto. Puedo percibir el profundo respeto hacia la persona que se aloja en esta habitación. Ha sido una experiencia espléndida.

~No se moleste. Está tan dedicado a sus obligaciones que incluso llega a imitar a un ladrón furtivo. Yo soy el que está impresionado.~dice estando a un lado de la puerta.

~Me halaga~dice Seba con una sonrisa ladina. Se coloca serio y se acerca a él para quedar a su lado y susurrarle~ No le entregaré a mi joven señor. Porque sólo soy el demonio de mayordomo de mi señor.

~Obedeceré las órdenes de mi señor, sin dudar. Yo también soy un demonio de mayordomo.

~Con permiso~dice Sebastián para salir de la habitación.

*Fin del Flashback*

~No es nada, sólo quería hablar contigo en un sitio tranquilo.~ dice Alois tranquilamente.

~Has organizado un baile de disfraces, te vistes así... ¿Qué demonios quieres de mí?.

~Te quiero a tí.

~Bueno. Eso definitivamente lo mal pensé~ dice la joven Turner sentada en una de las ramas del árbol donde se apoyaba Ciel, mirando atentamente la escena a lo que todos voltean a verla ya que ninguno de los presentes la había anotado.