◦•●◉✿ Esa Rosa, en otro jardín (Kuroshitsuji) ✿◉●•◦

¿Viva?

*Alerta Lime 🚨*

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

-En minutos ya habíamos llegado a la habitación, a pasos torpes y desesperados empezamos a quitarnos las ropas a la vez que avanzábamos a la cama, todas nuestras prendas estaban regadas por el suelo de la habitación señalando el camino por el que llegamos al lecho.

-Los pocos rayos de la luz de la luna que se filtraban por la cortina de la ventana alumbraba la majestuosa figura de aquel hombre que me acompañaba en este juego de las caricias. Sus fornidos brazos, su bien trabajado abdomen y sus piernas que vislumbraban su miembro viril, eran delineados por la blanquecina luz de la luna, mientras que sus ojos brillaban cual luciérnaga.

-Antes de llegar a tocar la cama, me toma de mi cintura desnuda para pegarla a su fina y suave piel de seda, atrapando mis labios en un tierno y apasionado beso. Poco a poco nos dirigíamos hacia el borde de la cama pero sin dejar escapar los labios del contrario, al sentir el borde tras mis piernas me acuesta con delicadeza para posicionarse encima de mí.

-Delineaba cada parte de mi cuerpo con sus ásperos dedos provocándome corrientes eléctricas que recorrían mi espalda hasta llegar a mi zona pélvica. Sus labios exploraban mi piel dejando besos húmedos a su paso mientras sus manos acariciaban las partes más bajas de mi ser. Podía sentir como entraba en mí con sus dedos acariciando amablemente mi área interna mientras que algunos suspiros sonoros salían de mi boca siendo la única melodía que envolvía la habitación.

-Poco a poco empujaba su miembro viril dentro de mí sacándonos sonoros suspiros que empezaban a entonar en gemidos. Sus gemidos parecían ronquidos que, con su timbre masculino, me hacían vibrar. Su cuerpo era acariciado por mis manos y envuelto con mis piernas para profundizar las estocadas que empezaban a tocar mi punto sensible.

-A diferencia de las veces anteriores, los movimientos de esta noche se sentían más naturales como sí más que nuestros cuerpos nuestras almas se conectaran.

-Ahora era yo la que estaba arriba. Mientras movía mis caderas a velocidad y profundidad, mordía y besaba su cuello y su abdomen sacando de su boca esos gemidos que me enloquecían invitándome a moverme con mayor fuerza. El sonido de nuestros cuerpos al unirse acompañaba nuestros gemidos y caricias, que cada vez eran más fuertes y armoniosos.

-Ambos empujamos al otro a su punto sensible llevándonos al clímax, provocando que de nuestros cuerpos salieran los fluidos que envolvían nuestra intimidad. Un último gemido llenó la habitación antes de caer cansados en la cama para cerrar los ojos y descansar entre los brazos del contrario.

.
.
.
.
.
.
.
.
.

*Narrador omnisciente*

-Undertaker se encontraba en el tocador de la recámara arreglando su vestimenta usual para asistir a la reunión de la Sociedad Médica de la Aurora que se daría esa noche en uno de los salones del Campania, la cual era solo para miembros, ya que se darían a conocer el avance de sus últimos experimentos.

-La puerta de la recámara se abrió lentamente dejando que la luz de las velas del pasillo entrarán e iluminarán la habitación dibujando la silueta de la joven desnuda que reposaba tranquilamente en la cama, su largo cabello regado en la almohada y cubriendo parte de su pecho, su pelvis y posaderas perladas por el sudor expuestos al aire y a los ojos café que la delineaban con admiración respetando cada una de las curvas de aquel cuerpo, sus mejillas levemente sonrojadas y esa pequeña sonrisa que se asomaba en sus carnosos y rojizos labios daba a entender la satisfacción que tenía debido a la actividad anterior.  

-Aquel que la miraba, al entender los motivos que la llevaron a reposar su desnudez, fué colmado por tonos rojizos que se esparcían por sus mejillas y una extraña sensación que recorría su cuerpo entero. Se acerca lentamente a la cama cuidando de no hacer ruido que la despertara. Al pie de la cama estaba aquel que no dejaba de mirar con atención cada uno de sus movimientos y como su pecho subía y bajaba lentamente marcando el ritmo de su respiración.