Hazme reír

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-Un día normal como cualquier otro en la funeraria, se encontraba un Undertaker aburrido ya que estaba solo debido a que su joven prometida estaba en el hospital en el que trabajaba.
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~¿Estas ahí, Undertaker?~ pregunta el conde ingresando en el local seguido de su mayordomo. El local estaba repleto de velas, algunas encima de los ataúdes otras en el suelo formando un camino que daban hasta al centro de la funeraria. De fondo solo podía oírse la risa del enterrador.

~Bienvenido, conde.~de un extremo del camino, de la entrada precisamente, aparece un cráneo que rodaba hasta los pies del Conde que se asustó por el hecho, hasta llegar al otro lado tumbando una pila de pinos, (como en el Boliche) ~¿Por fin te decidiste a entrar en uno de mis ataúdes especiales?~dice a lo que ambos voltean.

~Oye tu...

~Bueno, siéntate. Justo acaban de hacerse las galletas.~dice con una enorme sonrisa. Luego de arreglar todo se sientan para charlar ~Los cadáveres de unos niños?

~Públicamente los tratan como desaparecidos y parece ser que no han descubierto ningún cadáver. ~explica Sebastián.

~En los bajos fondos, los cadáveres de niños son algo cotidiano. Ya lo sabes, ¿no, Conde?~dice Undertaker comiendo una de las galletas.

~Traje los documentos. ¿Hay algún niño del que tú te encargaras ahí?~dice el conde mientras el demonio le entregaba los documentos.

~Quien sabe...¿Habría alguno? Tengo la sensación de que lo recordaré si veo algo divertido. Ya sabes lo que hay que hacer, ¿no, Conde? Dame lo de siempre. Unas buenas carcajadas.~se monta encima y boca arriba del ataúd que usa como escritorio ~Entonces te contaré lo que sea.~ dice mientras se reía.

~Sebastián~dice con desagrado.

~Bien~el nombrado se ajusta los guantes

~¿Qué? ¿Vas a depender de él?~ pregunta acomodándose nuevamente en la silla ~¿Acaso eres un niño que no puede hacer nada sin su mayordomo? Bueno, mientras sea divertido, me da igual quién lo haga.~comenta divertido.

~¡Lo haré yo!~dice Ciel irritado.

~Lo hará?~pregunta sorprendido Sebastián.

~Tú vete de aquí. Y ni se te ocurra mirar adentro. ¡Es una orden!

~Sí, my Lord.
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           <<<En la noche>>>  

~Sebastián?~pregunta la joven Turner al ver al mayordomo de pie en frente de la puerta del local.

~Mi Lady. Buenas noches~ dice con una sonrisa y su mano en el pecho.

~Buenas noches~hace una reverencia y luego lo mira analizando la situación~ a ocurrido alguna emergencia?

~No. Por qué piensa eso?

~Ustedes siempre vienen en la mañana. Si están aquí a esta hora debe haber ocurrido algo, ¿no?

~De echo, estamos aquí desde esta mañana.

~Ah? Y por qué aún siguen aquí. Y tú, por que estás afuera?

~Bocchan a decidido ser él quien lo haga reír y desde entonces estoy a fuera por órdenes de él y sin permiso a ver.

~Oh, vaya. Eso explica muchas cosas... Así que lleva todo el día tratando de hacerlo reír.

~Asi es. Pero no entiendo por qué ha durado tanto y más con alguien como él que se ríe de todo.    

~De echo, Sebastián. Hacerlo reír es una tarea un poco más complicada de lo que parece~ el mencionado la mira desconcertado. ~No todos tienen la facilidad que tú posees.

◦•●◉✿ Esa Rosa, en otro jardín (Kuroshitsuji) ✿◉●•◦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora