CAPÍTULO 29: NIKOLAY PETROV

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"La fama es la suma de los malentendidos

que se reúnen alrededor de un hombre."

AINHOA

Abro los ojos lentamente y la luz de la habitación hace que parpadee un par de veces antes de acostumbrarme, cuatro pares de ojos me observan con preocupación, uno de ellos con el ceño fruncido y la frustración asomándose.

—¿Cómo demonios es que cada vez que te dejo sola, regresas inconsciente? —Riddle es quien rompe el silencio, Liam sonríe por su comentario y pone los ojos en blanco. Anastasia y Lucretia me miran en silencio, puedo ver en los ojos de Lucretia, la pena que la embarga. Hay algo que no está bien; Pero, ya averiguaría luego qué es lo que le sucede

—No lo sé, me gusta vivir al límite. —Sonrío intentando apaciguar sus preocupaciones, a pesar de sentirme débil y de sentir punzadas en la cabeza. —¿Qué pasó?

—No sabemos. —Es todo lo que dice Liam, aparentemente tranquilo, aunque la ira es notoria en sus orbes verdes. —McLaird salió del despacho detrás de ti y pudo atraparte antes de que tocaras el suelo, pero no había nadie más contigo. Los exámenes tampoco arrojaron que estuvieras bajo la influencia de algún maleficio.

—¿Estás bien? —Esta vez Lucretia se anticipa a Riddle, quien me mira fijamente a los ojos. —Riddle comentó que los atacaron al llegar al castillo. —Él se cruza de brazos y se apoya en una de las columnas de la cama.

—¿Quién es ese Nikolay Petrov? —La voz y rostro de Riddle denotan frialdad, enojo mal disfrazado. Liam toma asiento al pie de la cama y le dedica una sonrisa burlona a Riddle. Nada bueno puede salir de esto.

—Necesito descansar. —Intento sentarme con la ayuda de mis amigas. - ¿Podemos dejarlo para otro momento?

—No. —La respuesta de Tom es cortante y no da espacio a negativas haciendo que la sonrisa de Liam sea más grande. Suspiro con resignación.

—Bien, pero no podéis enojaos una vez que os lo diga. —Me encojo de hombros, él asiente con la cabeza y fijo la mirada en un punto infinito en la pared frente a mi cama. —Nikolay y yo fuimos novios desde mi primer año hasta mediados del tercer año en Durmstrang. —Puedo sentir la mirada insistente de Riddle sobre mí, puedo sentir la ferocidad con la que su magia comienza agitarse. —Conocí a Nikolay en la Ceremonia de Selección, estaba enfadada por tener que mentir sobre nuestra identidad. —Dejé que mi mente divagara por los recuerdos. —Mi madre había logrado convencer a Gellert de permitirnos asistir a una escuela de magia, como niños normales...

—Ayudada por la rabieta que montaste. —Liam interrumpe mi narración, su rostro vacilaba entre la diversión y la nostalgia. —Gracias a tus berrinches, él tuvo que restaurar los cristales de las ventanas cada que tú los hacías explotar con tu magia. —Asentí con una sonrisa sínica bailándome en los labios.

—Él aceptó con la condición de que asistiríamos con otros apellidos y que nadie podría saber quiénes éramos en realidad, no tuvo que hacer mucho para convencer al director de ese momento. Era uno de sus seguidores más cercanos y estaba encantado de poder ayudarlo con nosotros. —Miré rápidamente por el rabillo del ojo a Riddle. Si las miradas matasen, yo ya estaría unos tres metros bajo tierra. Vacilé por un momento, pero continué con el relato. —Ingresamos bajo el apellido Brown. Nadie hizo preguntas y los que tenían dudas eran silenciados por el director. Ayran se sometió a un examen para demostrar que podía saltarse el primer año que había perdido.

—Ainhoa... No divagues, querida hermana. —Lo fulmino con la mirada, ha descubierto mi plan. —Creo que a nadie le importa Ayran aquí. —Ya me encargaría de él luego.

Almas de Fuego [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora