CAPITULO 26: LOS PARRICIDAS (PARTE 2)

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"Después de puesta la vida tantas veces por su ley al tablero;

Después de tan bien servida la corona de su rey verdadero;

Después de tanta hazaña a que no puede bastar cuenta cierta,

En la villa de Ocaña vino la muerte a llamar a su puerta."

AINHOA

Me toma unos minutos procesar todo lo que sucedió. Si antes había aplazado el enfrentamiento con mi padre, ahora tendría que retarlo. Tenía un maldito año para hacer caer a Gellert Grindelwald.

—Genial Ainhoa, ¿No podías simplemente deshacerte de los aurores y desaparecer? — Me regaño a mí misma por mis decisiones. Suspiro agotado y con la imagen de la casa Dumbledore en mente desaparezco.

Para cuando vuelvo a abrir los ojos, me encuentro en medio de la sala de Dumbledore. Cuatro pares de ojos me observan con detenimiento, el primero en romper el silencio es Ayran que corre hacia mí al ver que mi brazo aún gotea sangre.

—¿Qué pasó? ¿Por qué demonios estás sangrando? —Me toma del brazo y me ayuda a sentarme en uno de los sillones de Albus. –—Has demorado más de lo previsto, ¿Así dices que has estado ya en una guerra?

—¿Estás idiota? Esto me lo hice cuando explotó la primera bombarda. —Lo miro seria, busco rápidamente la herida que él se había hecho cerca a la sien. —Tú también te lastimaste con ese primer ataque. —Presiono levemente su herida, arrancándole un quejido de dolor. Sonrío.

—¿Qué fue lo que pasó? —La voz de Liam llama mi atención, algo dentro de mí se remueve y el corazón se me encoje con dolor. Corro hacia mi hermano y no puedo evitar llorar al abrazarlo. —Ainhoa, me estás asfixiando. —Ignoro sus palabras y lo abrazo con mucha más fuerza. –—Carolina, hablo en serio. Me estás ahogando, joder.

—No me digas Carolina. —Lo solté de golpe, limpió una de mis lágrimas con su pulgar y sonrió. Al ver a mi mellizo con detenimiento pude notar marcas de cortes y golpes. Tenía el labio partido. —¿Qué te pasó a ti?

—Gellert Grindelwald, eso me pasó. —Se incorporó lo mejor que pudo hasta sentarse y tomar mis manos. —Luego de que tú desaparecieras con Albus, mi misión era sacar a mamá de la mansión, juro que lo intenté. Al Final nos encerró a ambos en uno de los calabozos en Nuremberg, pasaron algunos meses hasta que entró a vemos... Solo sacó a mamá de la celda y ya no supe más de ella. Lo último que recuerdo es un rayo azul, para cuando volví a tener consciencia ya estaba con Ayran.

—¿Albus? - Es todo lo que puedo decir. —¿Alexander si era Liam? —Era una duda que me había dado vueltas por la cabeza desde hace mucho tiempo, me negaba a confirmarlo con el alma de mi hermano.

—Sí y no. —Espero pacientemente a que me explique, se levanta de su asiento y se dirige a un gran ventanal que hay en la sala, con la mirada fija en algún punto del espacio. —Liam solo fue el ducto por el cual tu padre pudo verte. Digamos que aprovechó el vínculo que comparten al ser mellizos, él pudo entrar en tu mente a través de la de Liam. Así supo dónde estabas todo este tiempo y por supuesto vio todo lo que tú habías visto y vivido.

—Por eso sabía sobre el futuro... Sobre "él". —No me atrevo a decir el nombre de Tom, por el solo hecho de que mis hermanos no saben nada al respecto. — Pero... ¿Cómo es eso posible?

—Tampoco tengo idea, tu padre está usando hechizos que van más allá de mi comprensión y que nunca había visto antes...

—Lo has dejado ir muy lejos Albus. —Me levanto del sillón y siento como la mano de Liam se cierra sobre mi muñeca. —Debiste haberlo detenido hace mucho tiempo, pero no has hecho nada. Mira hasta donde está llegando. Sabe cosas del futuro que no debería saber y por eso está un paso adelante.

Almas de Fuego [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora