CAPÍTULO 37: SEGUNDA PRUEBA

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«Aquí yace la guerra con todos sus muertos, que descansen en paz todos sus vivos.»

AINHOA

Después de lo que ocurrió la noche del baile de Navidad, los directores anunciaron que los alumnos mayores de las tres escuelas recibirían clases de duelo. Los ataques de mi padre volvieron a tomar fuerza y los periódicos publicaba cada día sobre un nuevo ataque, la prensa había intentado filtrarse en el colegio para hablar conmigo o Liam, en el ministerio de magia pasaba lo mismo por Ayran, todos querían saber la opinión de los hijos de Grindelwald respecto a lo que pasaba con su padre en el mundo mágico.

Las cosas en mi grupo de amigos no iban mejor, nadie entendía la actitud que había adoptado Anthony. Ya no quería cenar con nosotros, no comíamos juntos y siempre desaparecía después de clases, Orión era el más afectado por todo ello. Se conocían desde muy jóvenes, siempre habían sido amigos y ahora ya ni si quiera se saludaban.

Los meses pasaron en un abrir de ojos, la situación en la escuela era bastante hostil contra mis hermanos y yo. Liam se metió en varios duelos con chicos de Durmstrang por comentarios malintencionados, hasta el punto en que Nikolay tuvo que intervenir como líder de la delegación su escuela para que pararan.

La prueba sería al día siguiente. Todos estábamos reunidos en la sala común de Slytherin, últimamente estudiábamos más, los chicos intentaban aprender más hechizos y mi mente simplemente divagaba entre cada uno de mis pensamientos. En algún punto de la noche Tom se levantó de su sitio y Ana lo siguió después. El reloj de la pared sonó anunciando la medianoche.

-Feliz cumpleaños, melliza malvada. – Susurra Liam en mi oído, extiende hacia mí una caja de color dorado, la abro y encuentro un dije de un sol que contiene una luna. – Somos el día y la noche, mocosa. – Sonrío de lado al entender su significado, me quito el collar y agrego el nuevo dije.

- Feliz cumpleaños, mellizo bueno. – Le extiendo una bola de cristal, la observa curioso al no ver nada en ella, sonrío poniendo los ojos en blanco. Con un movimiento de varita saco un recuerdo de mi memoria y lo transfiero a la bola de cristal. La imagen de nosotros cuando éramos niños junto a mamá en un picnic en el jardín comienza a reproducirse. - No se lo muestres a Ayran, recuerda que ahí le faltaba un diente. - Nos reímos en silencio intentando no llamar la atención, a ninguno de los dos nos gustaba celebrar nuestro cumpleaños.

Riddle y Ana aparecieron en la sala, la ojiverde tenía un pastel en las manos y el pelinegro sostenía dos regalos, los chicos se levantaron de sus lugares y cantaban una canción de cumpleaños. Liam y yo no sabíamos que hacer, era demasiado incómodo para nosotros y también algo nuevo.

-Pidan un deseo mellizos. – Ana acercó el pastel hacia nosotros, soplamos la vela juntos, fue un momento bastante nostálgico, era mamá la que nos preparaba un pastel y esperaba con una sonrisa a que sopláramos las velas, aunque fuéramos creciendo, ese era el momento que nos daba mayor ilusión en el año.

-Muchas gracias, supongo. – Es Liam quien habla, me rasco la nuca sin saber que decir. Ayran irrumpe en la sala común y se queda mirando la escena con un poco de curiosidad.

-Venía a felicitarlos. – Dice sin más, nos entrega dos bolsas de regalo y se sienta en uno de los sillones, Lucretia es quien se decide a preguntar lo que nadie se atreve.

- ¿Eso es todo Ayran? - El aludido lo piensa y luego asiente. – ¿Nunca han festejado su cumpleaños? – Los tres negamos, masajeo mi nuca con incomodidad. - ¿Nunca?

- Fuimos criados por Gellert Grindelwald. – Explica Ayran. – El cumpleaños más emocionante que tuvimos fue cuando cumplimos once años, porque fue la ceremonia de elección de la varita.

Almas de Fuego [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora