CAPÍTULO 39: EN SU TABLERO, LA REINA YA NO PROTEGÍA AL REY

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«Todos los hombres necesitan de una buena mujer, porque incluso en el ajedrez la reina es la que protege al rey.»

AINHOA

Mi madre no ha cambiado nada, sigue siendo esa mujer menuda y pequeña. Su facciones delicadas le dan un aire de inocencia, el azul de sus ojos sigue asemejándose al cielo para mí. Sin pensarlo corro hacia ella y la envuelvo en un abrazo, aspiro el olor a miel de su cabello y dejo que las lágrimas salgan.

-Mamá. – Mi voz se oye entrecortada por el llanto. – Estás bien, pensé que no volvería a verte. – Me abraza con más fuerza y siento su cuerpo vibrar por el llanto.

-No deberías estar aquí. – Siento a mis hermanos rodearnos con sus brazos, una parte de mí siente alivio. – Se suponía que la llevarían lejos de su padre. – Los regaña una vez que nos hemos separado.

- Lo intentamos, pero ya conoces a Ainhoa, no sabe estar quieta. – Ella me mira con orgullo y nos regala una sonrisa. Ladea la cabeza y fija la mirada detrás de nosotros.

- Hola, Albus. – El hombre se acerca hasta ella y se estrechan la mano como si fueran dos extraños, el ambiente es un poco incómodo. – Gracias por lo que hiciste...

- Ha llegado demasiado lejos, necesitamos todo el apoyo posible. – La confusión crece entre nosotros, Dumbledore toma una gran bocanada de aire antes de explicarse. – Invalidé su vial, así como el mío. Tu padre no lo sabe aún.

-Por eso solo te desarmó. – Albus asiente. – ¿No le dolería o sentiría algo? – Ayran pregunta con curiosidad.

- Si no tiene el vial, no tiene forma de saber si se ha roto o no. – Albus le resta importancia como si fuera lo más obvio. - ¿Estás lista para lo que viene?

- Tuve tiempo para prepararme. – Mi madre lo mira directamente a los ojos. – Quiero ver a Aberforth, necesito que le expliquemos las cosas antes de que se entere por...

- ¿Por la prensa? – Un hombre muy parecido a Albus, pero con cabello negro y ojos de una tonalidad azul grisáceo aparece caminando hacia nosotros, su capa ondea con ímpetu, su rostro refleja la confusión y el enojo que lo embargan. – Ariana... - Su mirada se suaviza al verla y la abraza. Se aleja un poco de ella, intenta convencerse de que es real y no un sueño. - ¡Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore! – Suelta a mi madre y coge de la solapa a Albus, el mayor no se inmuta, rehúye su mirada sin atreverse a fijar la vista en la de su hermano. - ¿Cómo pudiste hacernos esto? Viste nuestra familia destruirse después de la supuesta muerte de Ariana.

- No lo entenderías. – Aberforth desenfunda su varita, mi madre intenta que suelte a Albus, mi tío no hace ni el menor intento por soltarse. – Este no es el lugar para tratar asuntos familiares.

- ¿Ahora si te importan los asuntos familiares? – Mamá logra separarlos.

- Lamento interrumpir su desagradable encuentro familiar. – Seraphina corta cualquier intento de Aberforth de seguir hablando. – Pero tenemos asuntos más grandes que atender, como Gellert Grindelwald, por ejemplo.

- Ese bastardo es el culpable de todo. – Aberforth escupe el nombre de mi padre con asco, lo entiendo, fue el culpable de que perdiera a sus hermanos. A una la hicieron pasar por muerta y culpó al otro. - ¿Cuál es su plan?

- Ainhoa, se vence el plazo, tienes que entregarme a Gellert. – La mirada de mi madre es de desaprobación, sé que tiene mucho para decirme, pero guarda silencio. – Así que dime, ¿Cómo lo harás?

- Tú lo has dicho Seraphina, aún no se vence el plazo. – Sonríe de lado y asiente.

- El problema es que no va a buscar a Ainhoa hasta que el muchacho no sea capaz de matarla. – Queenie es quien interviene, Seraphina la observa con desconfianza. – Es un monstruo, pero se niega a matar a su propia hija con sus manos.

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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Almas de Fuego [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora