CAPÍTULO 36: MASCARADA DE NAVIDAD

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«Un día llegará alguien que baile contigo, aunque no le guste bailar y lo hará porque es contigo y nada más.»

AINHOA

Ninguno de mis hermanos dice nada, Ayran se levanta de su lugar y observa por la ventana del salón, Liam tiene la mirada perdida y deja escapar un suspiro al echar la cabeza hacia atrás, solo hace eso cuando está muy frustrado.

- ¿Cómo pasó esto? – El mayor de nosotros es el primero en romper con el silencio. – Me refiero, si Tom, no es Lord Voldemort, entonces, ¿quién es? – Se gira hacia nosotros y su mirada conecta con la mía, busca respuestas en mí, respuestas que no tengo. Estoy igual de desconcertada y perdida que ellos. – Anhi, si Riddle aún no había escrito su nombre...- Empiezo a entender de qué habla, no me había detenido a pensar en ello.

- Es alguien que sabe del futuro...

- Esto es peligroso para ti. – Liam toma un vaso de la mesa de centro, pone dos hielos dentro y sirve algo de whisky. Nos devuelve la mirada y se encoge de hombros. – Lo necesito, esto empieza a ser demasiado para digerir.

- No te hemos dicho nada, hermano. – Ayran vuelve a tomar asiento en el sillón libre y repite la acción de Liam. – Necesito uno yo también, como si no tuviéramos suficiente ya con el tema de Picquery y papá.

- Siento que en parte fue mi culpa, el diario hubiera estado más seguro en la habitación de Riddle...

- Ainhoa, esto habría pasado de una forma u otra...

Ayran se ve interrumpido por las llamas azules de la chimenea, flamean con intensidad y de ella sale la última persona que pensábamos que podríamos ver en el salón de nuestra casa. La mujer se sacude el polvo residual de la capa y camina con gracia hasta donde estamos.

- Grindelwald. – Los tres ladeamos la cabeza sin saber a cuál de nosotros se refiere, pone los ojos en blanco y se corrige. – Ainhoa.

- Sé un poco más específica Seraphine, los tres somos Grindelwald. – La corrijo, toma el vaso de la mano de Ayran y lo bebe de golpe, como si estuviera dándose valor para decir algo. - ¿Está todo bien?

- No, la verdad es que no. – Se masajea el puente de la nariz y camina de un lado a otro. – Vuestra madre, ha decidido colaborar con nosotros, con la condición de veros y la MACUSA ha aceptado su condición.

- ¿Y cuál es el problema con eso? – Me cruzo de brazos y espero su respuesta, toma asiento al lado de Ayran. - ¿Cuál es el problema? – Liam le hace un gesto y ella asiente, es mi hermano quien habla ahora.

- Ainhoa, si mamá los ayuda, podría morir y, por ende, Seraphine también. – Intento hilar pensamientos, entender cómo el verla podría acarrear tantos sucesos trágicos. – Anhi, mamá estaría rompiendo el pacto que tenía con papá y moriría, entonces Seraphine no podría cumplir su parte del pacto contigo y también moriría. - La cabeza me da vueltas, he complicado todo en un intento por solucionarlo. Harry tenía razón, la impulsividad no es valentía.

- Le escribiré una carta a mamá, entrégasela. La MACUSA no puede obligarnos a nada si el ministerio de Londres no lo autoriza. – Ayran entiende lo que digo y se retira con una disculpa. Explico la situación lo mejor que puedo en un pedazo de pergamino – Ayran se encargará de esto, ahora toma la carta y sal de nuestra casa, por favor. – La hechicera frunce el ceño y vuelve a salir por la chimenea. - Deberíamos clausurar la red flu de la casa.

- Condiciones del ministro. – Ayran vuelve a entrar en el salón, se mantiene calmado y de pie. – Bloqueará a la MACUSA por ahora, pero pide resultados pronto. Es hora de que vuelvan a la escuela.

Almas de Fuego [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora