"Era infinito nuestro amor entonces,
Mas nuestro orgullo casi lo igualaba,
Ni ella cedió, ni yo cedí... rompimos
Sin quejas, sin palabras, sin reproches."
AINHOA
Podía sentir la hierba húmeda bajo mis pies y la brisa de invierno golpeando mi rostro, comencé o frotar mis brazos para obtener algo de calor. Bajé la mirada siendo a penas consciente de lo que llevaba puesto, un vestido corto para dormir y estaba descalza.
Comencé a caminar sin saber hacia dónde estaba yendo, a cada paso que daba la maleza que me rodeaba se hacía más espesa y parecía que los árboles se hacían más grandes juntándose en las copas y haciendo cada vez más difícil ver el cielo.
-Ainhoa, ayúdame. -La voz de Riddle llegaba a mí en apenas un murmullo. – Ayúdame, por favor. – Busqué de donde provenía la voz, era un muy buen señuelo para atraerme. Casi creíble.
- Buen intento, pero Riddle no pediría ayuda y menos rogaría por ella, aunque estuvieran torturándolo. – Una carcajada se escuchó a lo lejos haciendo eco en mis oídos, conocía perfectamente al dueño de aquella risa algo retorcida.
- Lista como tu padre, mi pequeña Ainhoa. – Sonreí de lado, sabía que no tardaría en intentar contactarme. – Hay algo diferente en ti.
- ¿En serio Gellert? – Busqué con la mirada de dónde provenía su voz, pero no lograba encontrarlo. – El gran Grindelwald buscando a su pequeña e inocente hija en sueños, te has vuelto un cobarde, padre.
- Más respeto Ainhoa, no olvides con quién estás hablando. - Sentí como algo impactó contra una de mis mejillas, para ser un sueño dolía como los mil demonios. - El hecho de que sea un sueño no me impide hacer lo que quiero.
-Jódete. – Acaricié mi mejilla con una de mis manos. – Tú y yo tenemos asuntos pendientes, padre. Por ejemplo, ¿en dónde está Liam?
- Si quieres saber eso, tendrás que reunirte conmigo. - Hizo una pausa dramática y después de unos segundos se dispuso a hablar. - Te devolveré a tu hermano.
- ¿Pero? Contigo siempre hay un pero
-Será un pequeño intercambio, su libertad a cambio de ti.
- Eso no pasará por ahora, Gellert. Pero, ten por seguro que nos veremos. Tú y yo tenemos muchas cuentas pendientes.
- Mocosa irrespetuosa. -No dijo nada más, el silencio se instauró en el fúnebre claro en el que estaba. Nubes de humo comenzaron aparecer frente a mí, inferi.
Cada inferius apresaba a alguien, tuve que acercarme un poco más para poder ver el rostro de las personas a las que sometían. Dolohov, Orión, Lucretia, Walburga, Anastasia y en el centro como atracción principal, Riddle.
- Esto es un sueño, ellos no están en peligro real. - A pesar de decir aquello no podía evitar sentirme intranquila por la escena. El mensaje era claro.
- Se llama tortura, mi pequeña. -Sentía su aliento en mi nuca, sin previo aviso los inferi actuaron degollándolos y torturándolos. Sus gritos calaban hondo en mí, no era real, pero eso no lo hacía menos torturante. Cerré los ojos y cubrí mis oídos en un intento de callar los gritos desgarradores de mis amigos. Intenté despertar, pero no podía, su risa a lo lejos me llenaba de ira. Para cuando abrí los ojos estaba rodeada de cuerpos inertes, bañada en sangre. – Mira atentamente Ainhoa. – Estaba de pie a mi lado. - ¡AVADA KEDAVRA! -La maldición golpeaba de lleno en el pecho a Riddle, llevando su cuerpo en el aire y cayendo al suelo con un ruido sordo. Una y otra vez.
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Almas de Fuego [Tom Riddle]
Fanfiction-Quiero que me escuches muy atentamente, Harry. No eres mala persona. Eres una buena persona a quién le han sucedido cosas malas, ¿lo entiendes? Además el mundo no se divide solo entre buenos y malos. Todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interi...