"El que confía sus secretos a otro hombre, se hace esclavo de él."
Una vez que pude respirar aliviada, decidí poner en marcha la primera parte del plan. Me aparecí en Charing Cross Road, rogando a quien sea que esté manejando la vida de todo el mundo, que por favor no se fuera a cruzar ningún muggle por ahí. Me dirigí directamente al Caldero Chorreante, decidí quitarme la capucha ya que en esta época nadie me conocía y no corría peligro alguno.
-Buenas tardes.- Sonreí de la manera más encantadora posible al chico detrás del mostrador.
-Buenas Tardes, señorita.- El chico era apuesto, de cabellos marrones y ojos del mismo color.- ¿En qué puedo ayudarle?
-Necesito una habitación.- El pub no era muy diferente al de mi época, todo seguía en el mismo lugar y hasta el olor era idéntico. El chico sonrió amablemente y asintió.
-Habitación 14.- Saqué unas monedas del bolsito de cuero y las coloqué sobre el mostrador. Me giré para ir al lugar indicado, pero me detuve a mitad de camino y giré.
- Pagaré por una semana de estadía, ¿Está bien?- Asintió conforme.- Una cosa más ¿No tendrá usted una lechuza que pueda prestarme?- El chico me observó con detenimiento percatándose de mi falta de equipaje, su mirada cambió por una de desconfianza.- Vengo de un viaje muy largo, siempre me ha gustado viajar ligera y necesito enviar una carta verdaderamente importante.- Volví a sonreírle, esta vez con algo de dulzura y coqueteo.
-Por supuesto señorita, en unos minutos le enviré una a la habitación.- Su expresión volvió a la normalidad, asentí.- Por favor, no cierre la ventana para que el ave pueda entrar.- Le agradecí cortésmente y subí las escaleras hasta el dormitorio.
No era la gran cosa. En la habitación había una cama grande de madera con cuatro columnas que se atornillaban al techo, una mesa pequeña del mismo material de la cama con una jarra, un vaso y una lámpara antigua. En una de las esquinas había una silla y al lado de esta una ventana con cortinas guindas de cuadros. Me quité la capa y la dejé sobre la cama, me tiré de espaldas en ella y colocando las manos detrás de mi cabeza observé el techo.
Bien, estoy en la época correcta. Necesito entrar a Hogwarts pero con la edad que tengo desde luego que no me van admitir. Hay un hechizo nada complicado que me enseñó mi tío hace un par de años atrás o después, ya ni sé; es una variante del hechizo que uso en los gemelos cuando pusieron su nombre en el cáliz de fuego. Con toda la pereza del mundo saqué la varita del bolsillo de mi pantalón, con un ágil movimiento de ésta y un hechizo no verbal pronto volví a tener quince años. Aseguré el hechizo con un encantamiento candado, no puedo darme el lujo de dejar cabos sueltos.
Me dirigí al baño que había en la habitación, me desnudé y metí en la bañera. Dejé que mi cuerpo se acostumbrara a la baja temperatura del agua y cerré los ojos, me relajé.
Lo segundo en la lista es que no podré tener mi fortuna en esa bolsita de terciopelo todo el tiempo, tendré que abrir una cuenta en Gringotts. Tercero y más importante, tengo que enviar una carta al director de Hogwarts que actualmente es, sino me equivoco claro, Armando Dippet. Joder, con lo que me gusta escribir.
Un aleteo en la ventana, llama mi atención, me apresuro a salir de la tina, me envuelvo en una toalla y camino hasta donde se encuentra el ave. Era una lechuza de color gris con manchas negras, acaricié suavemente su cabeza haciendo que esta ulule en señal de satisfacción indicándome que había ganado su confianza.
Acerqué la silla a la mesa y aún si haberme cambiado hice aparecer un pergamino y una pluma. Observé el trozo de papel durante un largo tiempo pensando en que debería poner, qué palabras emplear y sobre todo que fundamentos y explicaciones daría para que me admitieran en Hogwarts. Suspiro y después de una veintena de intentos, creo que lo he logrado. Leo en voz alta lo que he escrito para verificar que todo tenga coherencia.
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Almas de Fuego [Tom Riddle]
Fanfiction-Quiero que me escuches muy atentamente, Harry. No eres mala persona. Eres una buena persona a quién le han sucedido cosas malas, ¿lo entiendes? Además el mundo no se divide solo entre buenos y malos. Todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interi...