CAPÍTULO 2: BATALLA FINAL

930 61 7
                                    

"Podrá la muerte cubrirme

Con su fúnebre crespón,

Pero jamás en mí podrá apagarse

La llama de tu amor."

Mi madre siempre decía que debía vivir cada día como si fuera el último, no compartía su ideología y es que, a los cuatro o seis años de edad lo último en lo que piensas es en la muerte. Solía creer que por ser joven nunca tendría que afrontar pérdidas o metas inconclusas, hasta que comencé a ver desde primera fila como poco a poco lo que más amaba se desvanecía como polvo en el aire. Primero perdí a mis padres, mi abuela, mi tío, mi padrino, mis amigos y la lista podría continuar por un tiempo más; pero, lo que más duele de la partida de alguien es ese silencio fúnebre que deja su ausencia y aquellos planes que hicieron juntos quedan inconclusos. Soy huérfana, aquellos que me acogieron están muertos y algo dentro de mí me dice que también lo perderé a él, a Harry.

-Harry.- Apenas y podía abrir los ojos, había mucho polvo y los gritos eran cada vez más y más desgarradores, podía sentir el dolor de cada una de esas personas lo quisiera o no y dolían más que cualquier golpe.-Harry.- Volví a pronunciar buscando entre los escombros con la mirada, me levanté como pude y noté cierta molestia en el tobillo a la hora de apoyarlo firmemente para caminar.- Mierda, lo que me faltaba.- Volví a apoyarlo ignorando la leve punzada que sentía, si no estaba roto entonces no era de preocupación.

-¡Ainhoa!- Giré la cabeza instintivamente en dirección de dónde provenía la voz de Harry, suspiré con alivio al ver que solo tenía unos cuantos rasguños pero nada de qué preocuparse.- Dios mío, estás bien.- Me abrazó aliviado y depositó un beso en mi frente.

-Aún tienes algunas expresiones muggles.- Sonreí de medio lado, él asintió devolviéndome la sonrisa.- ¿Dónde está Neville?- ambos comenzamos a buscar con la mirada al susodicho hasta que nos asomamos a un lado de la escalera y ninguno pudo evitar la expresión de horror y dolor que se dibujó en nuestro rostro al ver el cuerpo sin vida de Neville entre los escombros.

Harry ahogó un gemido de dolor y golpeó con todas sus fuerzas la pared que tenía cerca, dudé por un momento en acercarme a él pero finalmente lo hice. Tenía la cabeza apoyada contra la misma pared en la que había descargado su frustración y lloraba en silencio, rodeé su cintura y apoyé mi mejilla derecha en su espalda. Sentí como cada musculo de su cuerpo se contraía y expandía con cada gemido que ahogaba en su llanto. Un grito desgarrador hizo que ambos rompiéramos con el momento y tomáramos nuestras varitas.

-Quédate detrás de mí, Ainhoa.- Asentí siguiéndolo escaleras abajo, alguien se quejaba y forcejeaba con algo o alguien. Cuando llegamos al pasillo que dirigía al comedor pude reconocer una melena rojo escandaloso tirada en el suelo y encima de ella una sombra negra.

-Ginny.- Solté sin pensar. El aire se había escapado totalmente tanto de mis pulmones como de los de Harry cuando al fin vimos a su atacante. Sus ojos rojos me traspasaron el alma como dagas, eran ojos tan llenos de color pero a la vez tan carentes de vida. Nunca había visto un vampiro y al parecer Harry tampoco. Su alma no existía, no podía ver ni siquiera fragmentos de esta y mucho menos sentir el dolor que provoca en el alma un asesinato.- N-no tienes alma.- Las palabras salían de mi boca sin procesarlas. Solo podía quedarme viendo como alrededor de su cuerpo no había nada, solo estaba él, un cuerpo carente de emociones, estaba vacío.- Lux aeterna.- un destello de luz se desprendió de la punta de mi varita e hizo que el vampiro retrocediera.- Ve por Ginny.- Sin darle tiempo a Harry de protestar me acerqué al atacante de Ginny.- ¡IGNIS!- Se prendió en fuego y comencé a escuchar sus gritos, sonreí al sentir la satisfacción que me producía su sufrimiento, nuevamente sentía esa energía negativa en mí, paré.-¡Infer...- Sentí una presión fuerte en el brazo con el que apuntaba.

Almas de Fuego [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora