♚Reyes y Peones♔ #RP2

♚41♔

Max y yo gateamos por los conductos de ventilación de la forma más sigilosa posible, aunque tengo la sospecha de que mis rodillas están provocando un ruido horrible cada vez que las apoyo. Me duelen las palmas de las manos y el cuello por avanzar en esta postura pero según Max ya estamos llegando.

Antes de acabar aquí metidos, Max me guio hasta la azotea del edificio por un camino que según él no está vigilado, después solo tuvimos que desatornillar la rejilla que accedía a la ventilación del edificio y colarnos a través de ella.

Parece fácil, pero en realidad me raspé las manos y los codos cuando caí.

No podemos hablar mientras gateamos para no llamar la atención pero de vez en cuanto Max, que va por delante, se gira y me echa una mirada esperanzadora para que no me rinda.

Entonces entre toda la oscuridad comienzo a atisbar algo de luz. Max deja de avanzar y se detiene justo delante de una rendija que deja ver una sala. Yo gateo un poco más para ver lo que él está viendo: la sala de entrenamiento.

-¿Aquí? -susurro y me descubro jadeando por el esfuerzo y el calor que hace aquí dentro. El moreno se limita a asentir.

Por suerte la sala está vacía y nadie parece darse cuenta de cuando Max desatornilla la rejilla y la coloca a un lado, con cuidado de que no caiga al suelo y nos delate.

-Este es el plan -Max se atreve a hablar cuando se asegura de que estamos solos -. Vas a tapar la cámara de seguridad desde aquí, luego deberás colocar los explosivos escondidos entre los baúles de las armas, y date prisa para que nadie se de cuenta de que la cámara de la sala de entrenamiento no funciona y vengan a investigar.

Asiento con decisión. Ya no me aterra la idea de volar este sitio por los aires, ni si quiera estoy nerviosa, esto es lo que he estado buscando desde que entré en los RP y ahora que lo puedo hacer no me voy a echar atrás.

Me ato una cuerda a la cintura y con el otro extremo Max hace lo mismo, de esta manera quedamos unidos. Asomo ligeramente la cabeza por el hueco de la rejilla y descubro que la cámara está a penas a dos palmos de distancia, así que alargo el brazo y la cubro con un paño negro sin ninguna dificultad. Después agarro la mochila con los explosivos y le hago una seña a Max para que sepa que voy a saltar.

Cuando toco el suelo mis rodillas se resienten, y no puedo evitar pensar que Jessie o cualquiera de los otros RP hubiese caído con más elegancia. Recorro la sala con la vista: dianas, cuchillos, machetes, recortadas, escopetas...

Entonces me muevo con rapidez y saco cuatro paquetes de C4 de la mochila, a los cuales Max les ha añadido un detonador a distancia, y los escondo en cada esquina de la sala: bajo una pila de muñecos de paja con forma humana y detrás de varios baúles en cuyo interior desconozco lo que hay.

Puedo escuchar los latidos de mi corazón y en más de una ocasión me giro hacia la puerta con la sensación de que alguien está a punto de entrar, pero eso no ocurre. Coloco los explosivos con eficacia y tiro dos veces de la cuerda para indicarle a Max que me suba.

Con gran esfuerzo trepo por la cuerda hasta que me cuelo por el hueco por segunda vez y me siento en el refugio que suponen los conductos de ventilación. Max coloca la rendija y se prepara para seguir gateando.

-Espera...-susurro y siento mi garganta completamente seca y rasposa, no sé si por el calor, los nervios o ambas -. Agua, necesito agua.

Max hace una mueca, pues cuando entramos me dijo que debíamos de darnos prisa y evitar las distracciones, pero esto no es una distracción, es una necesidad vital.

Seguimos con el plan, colocamos C4 en la sala de reuniones, a la entrada de la discoteca y nos reservamos tres paquetes para colocarlos en el despacho de Malcom.