♚Reyes y Peones♔ #RP2

♚45♔

Según Internet se tardan seis horas en llegar a las coordenadas,  pero a penas llevo dos cuando me veo obligada a parar a un lado de la carretera. 

Al entrar en el coche me di un golpe fuerte en la sien y me hice una brecha, así que cojo las gasas y el agua de mi mochila para limpiarme la herida y la cara por donde la sangre ha goteado.

Cody me observa desde el asiento del copiloto olfateando el aire, como captando el rastro metálico de la sangre.

Hago una mueca al limpiar la herida pero por suerte no es muy profunda y hace ya rato que dejó de sangrar. Me tomo un antiinflamatorio, bebo agua y continúo con mi viaje. 

En varias ocasiones pienso en la posibilidad de que Jessie o alguno de ellos haya salido tras de mi, y me fijo en la cara de los conductores que circulan por detrás pero ninguno resulta ser ella. A medida que cae la noche mi mente sigue despierta pero mi cuerpo está cansado. 

Me duelen los codos y las rodillas de gatear por los conductos de ventilación esta mañana, me duele allí donde se me clava la pistola, entre la cadera y las costillas; también la cabeza y sobre todo el pecho.

El dolor por haber traicionado a Gabe de esta manera es físico, palpable; pero justificado. Debo de encontrar a Trevor, él lo sabe y lo desea tanto como yo, pero soy la única que se atreve a hacer el trabajo sucio.

Cody bosteza y pasa desde el asiento del copiloto a los traseros y se tumba allí. 

-No te preocupes chico, no queda demasiado -digo pero no estoy muy segura de ello. 

Las luces de la ciudad van desapareciendo hasta que no quedan más que algunas gasolineras y estaciones de servicio a ambos lados de la carretera. Incluso las farolas empiezan a escasear hasta que todo queda a oscuras y me veo obligada a utilizar las luces largas para ver algo. vamos por una vieja carretera convencional cuyo asfalto ya está levantado por varias partes. Un gran bosque de pinos rodea ambos lados de la carretera y no parece que haya ni una pizca de civilización en sus profundidades. 

Cody hace un ruido a mis espaldas y rasca mi mochila con su patita delantera.

-¿Quieres comer? -pregunto y al hacerlo el perro ladea la cabeza y mueve  la cola -. Está bien pararé un momento. 

Aparco fuera del arcén, en un pequeño claro de tierra entre la carretera y los pinos. Dejo las luces del coche encendidas, si algo de ahí fuera piensa acercarse prefiero verle venir. Me saco la pistola de la cintura del pantalón y la dejo en la guantera, enterrada bajo papeles y envoltorios de chicles. 

Después de servirle algo de comida a Cody me permito estirar las piernas un rato antes de continuar. Me envuelvo en mi abrigo y salgo del coche. 

El aire es muy frío y está cargado del aroma de los pinos, madera seca y tierra mojada. Escucho varios insectos cantando, el aleteo lejano de un pájaro y las patas de algún animal pequeño escarbando no muy lejos de mi posición. 

Cody sale del coche y se coloca a mi lado, observando la extensión de bosque que hay ante nosotros como si intentase descifrar las posibles amenazas que hay en su interior. 

-Este sitio da miedo ¿verdad chico? -mi voz suena en un susurro, pues no me atrevo a alzar más la voz para no llamar demasiado la atención, eso si no lo he hecho ya con las luces del coche.

Entonces Cody comienza a olfatear el aire, sus orejas se mueven hacia delante y sus cuatro patas se ponen rígidas. Ha detectado algo. El perro ladra y comienza a correr, por unos segundos me quedo quieta sin saber muy bien qué hacer, luego corro hacia el coche para coger mi arma y lo dejo cerrado pero con las luces puestas.