𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 1.

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Amigos.
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Curiosidad.

Era lo único que estaba presente en su mente, curiosidad, por todo lo nuevo que había a su alrededor. Para él aún era un poco extraño descubrir en tan solo unas pocas semanas que era un mago, cuando toda su vida pasó creyendo que era un fenómeno, todos en el orfanato le recordaban a cada minuto que era un fenómeno, una basura, un ser que no merece vivir.

Pero él pensaba cosas totalmente diferentes, en su mente él era especial, alguien que podía hacer cosas que otros no podían, alguien que podía destruir a todos con solo un chasquido de sus dedos. Y al parecer en el mundo mágico su habilidad para hablar con las serpientes también era muy especial.

Se sentía superior, sentía que era mejor que todos los niños con ropas extrañas que corrían sin sentido alguno a su alrededor. Observó todas las familias de ropas extrañas despedirse de sus irritantes hijos, rodó los ojos al ver cómo un niño de cabello rubio casi blanco, le reclamaba a su padre diciendo que era injusto que no los dejarán tener escoba propia en Hogwarts.

Ignorando los gritos de despedida de todos se adentró al gran tren de color rojo escarlata, sin mostrar su impresión miró a su alrededor sonriendo levemente, sabiendo que él pertenecía a ese lugar, y no a ese estúpido y sucio orfanato donde vivían puros incompetentes, a excepción de él claro está.

Mirando a su alrededor caminaba con la mirada en alto y en uno de sus bolsillos reposaba su varita la cual tomaba con delicadeza, con miedo de que se fuera a romper, observó todos los compartimentos en busca de alguno que estuviera vacío, no quería estar en un lugar donde probablemente le harían Miles de preguntas que él no sabría responder.

Suspiró frustrado al ver que todos los compartimentos estaban llenos, y el tren ya había avanzado, de repente escuchó un grito, proveniente del niño rubio que había estado reclamándole a su padre.

—¡Vamos Eden te guarde lugar!— gritó en dirección hacía donde estaba él.

Frunció su ceño confundido, pues no había nadie más a su alrededor, aunque segundos después se arrepintió de sus palabras pues alguien había chocado con él, golpeando su hombro izquierdo en el proceso.

Levantó su mirada con molestia para ver quién lo había golpeado, pero su ceño se calmó al verla. Era una niña, una niña muy bonita debía agregar.

No llevaba ropas extrañas como todos los demás, aunque si tenía algo extraño en su hombro, parecía una gran pelusa de color rosa con ojos saltones. Desvío su mirada de esa cosa y se dedicó a escanear con sus ojos a la niña que había chocado con él.

Llevaba un vestido de color blanco, una mochila azul en sus hombros, era pequeña, un poco más pequeña que él, sus hipnotizantes ojos azules lo miraban temerosa, su rubio cabello era un poco ondulado y su fleco era sujeto por un pasador, su piel era blanca, casi pálida, tenía una nariz en forma de botón. Nunca había visto una niña tan bonita como ella.

𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐜𝐢̀𝐚𝐬. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora