𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨.

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𝑳𝒂 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒆𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝒄𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍.
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El mundo mágico era un alborotó, algunas personas aún festejaban la derrota del señor tenebroso después de cuatro años, otras se preocupaban de que volviera y otras hablaban sobre la princesa de cristal o la bella durmiente.

Según dicen en el profeta, una bella chica de dieciséis años fue importante para el que no debe ser nombrado, tan importante que decidió dormirla hasta que él gobernará todo el mundo mágico, dicen que la tiene en una caja de cristal, con su belleza impecable e irreal. Los mentirosos aseguran haberla visto, según dicen su rostro está deformado después de varios años dormida, los demás magos solo saben que la chica es completamente hermosa y que no tiene remedio para despertarla, solo algunos mortifagos la han visto y entre ellos esta Bellatrix Lestrange: quien asegura que su señora es la mujer más hermosa que ha visto y que no dirá dónde la pueden encontrar.

Muchos sospecharon que tal vez ella siguiera en el antigüo escondite de Voldemort, muchos fueron a buscarla pero nunca la encontraron, creyeron que todo era mentira del profeta o que a la chica le habían dado una digna sepultura.

El viejo Abraxas Malfoy lanzó aquella nota del profeta con enojó, todo lo que decían eran nada más que puras mentiras, las blasfemias más negras del mundo, Tom Riddle no la durmió, la asesino. Él mismo vió como tenía su cadáver en una caja de cristal, parecía estar respirando, pero ella no tenía pulso, sus manos estaban más pálidas de lo normal y tenían la temperatura de un muerto, su belleza seguía ahí, tan impecable y hermosa como siempre, la preciosa niña que alguna vez conoció en el tren a Hogwarts estaba muerta.

Si tanto la amaba ¿Porqué la asesinó? ¿Porqué lo hizo?

Golpeó la mesa con fuerza asustando al pequeño rubio que estaba jugando en el sofá, el pequeño Draco de cuatro años contuvo un sollozo al ver a su abuelo en ese estado, creía que lo castigaría porque jugó con su elfo Dobby, pero aquel elfo era el único amigo que tenía y jugaba a veces con él.

—¿Abuelo?— preguntó con temor el pequeño rubio.

El viejo Malfoy se volteó a verlo con el ceño fruncido, después comprendió que había asustado a su nieto, se acercó con cautela a él y acarició los rubios cabellos del niño, era muy extraño que Abraxas Malfoy demostrará cariño con el pequeño, nunca fue cariñoso con Lucius y rara vez lo era con Draco.

Abraxas sabía que sí ella lo viera, se enojaría con él por no tratar con cariño al pequeño rubio.

—No te asustes Draco— susurró con voz fría— El abuelo solo está un poco alterado.

𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐜𝐢̀𝐚𝐬. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora