𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 28.

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Para mí princesa rubia.

¿Cómo vuelvo a sentir algo que nunca tuve?
Necesito...

Draco volvió a guardar el sobre en los bolsillos de su traje, su mirada viajaba de sus manos hacía la chica rubia que acariciaba a un pequeño venado que al parecer estaba perdido y la rubia se había ofrecido a cuidarlo mientras buscaban a su familia.

¿Cómo habían llegado a ésto?

Hace unos momentos había estado corriendo de un lugar para otro pues por fin el armario estaba terminado, tenía una carga menos en sus hombros. Caminó por casí todo Hogwarts aprovechando que ese día era sábado, hasta que por casualidad llegó a la habitación donde se encuentra Annalise, o tal vez solo había querido verla de nuevo.

Estuvo hablando con la chica y de repente una idea loca le cruzó por la cabeza, después de unas cuantas discusiones entre los dos rubios. Draco la había tomado de la mano y corrieron hacía la oficina del director dónde había una red flu, trataron de ser cautelosos hasta que pudieron llegar a una pequeña cabaña que los Malfoy tenían pero con el tiempo no volvieron a ir dejando una cabaña abandonada.

Malfoy hizo ésto con el propósito de querer despejarse un rato de los problemas, pero no quería estar sólo, y Annalise era la única que podía estar con él sin que se molestará. Sabía que si Dumbledore o Mcgonagall o incluso Snape se enteraban, se llevaría el peor castigo por sacarla de Hogwarts sabiendo muy bien que no debía hacerlo, pero no hacia esto solo por él, sino también por ella, la cual no podía salir mucho, y si lo hacía solo eran partes específicas del castillo, siempre y cuando no salgan de Hogwarts.

No sabía que le sucedía con ella, pero lo que si sabía era que Annalise no pudo vivir lo suficiente su adolescencia, le fue arrebatada, congelada. Y ahora era librada en medio de una guerra dónde debía tener cuidado hasta por dónde pisaba.

Había roto una de las principales reglas, sacarla de los terrenos de Hogwarts, pero él estaba con ella y mientras Draco Malfoy estuviera a su lado nada le iba a suceder porque él la protegería. Era muy irónico que en esos momentos estuviera pensando eso, tomando en cuenta que desde el principio dejó en claro y se negó a cuidarla.

Pero ahora aquí estaba, mirando a esa chica rubia que inconscientemente hacía que el corazón del rubio se acelerará cada vez que lo miraba. Con las manos dentro de sus bolsillos sujetando el sobre y su mirada puesta en ella, recapituló cada una de las desgracias que cada uno había pasado.

Quería entregarle el sobre que estaba exclusivamente dirigido a ella, no había leído el contenido dentro de la carta más que lo que decía el sobre principal, no podía hacer eso. Pero lo que sí podía hacer era entregar esa carta, pues a nadie le gustaría que le mientan diciendo que su mejor amigo está bien cuando en realidad falleció hace años. No podía seguir engañandola, no podía reprimir ese nudo en la garganta cada vez que ella mencionaba a Abraxas Malfoy.

𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐜𝐢̀𝐚𝐬. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora