𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 8.

4.3K 376 33
                                    

Yo te quiero Eden.
←←♪→→

←←♪→→

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

←←♪→→


Se prometió así mismo no volver a hacerlo, se prometió no volver a hipnotizarla, solo quería que ella se enamorara de él naturalmente, por sus propios medios. Pero Eden se lo hacía difícil pues ella no era tonta y poco a poco descubría los planes de Tom Riddle. Y él lo sabía muy bien, había visto cada uno de los movimientos de Annalise, él se había encargado de borrarle la memoria cada vez que ella descubría algo.

De algo servía tenerla vigilada siempre, todo iba de acuerdo al plan. Si Annalise seguía sin saber nada de sus planes entonces no sería necesario utilizar el hechizo de la bella durmiente, ella debía seguir sin saber absolutamente nada, y si ella se enteraba de algo lo más probable es que Tom le lancé un Obliviate para borrar esa pequeña parte de su descubrimiento.

Observó con una sonrisa satisfactoria el gran basilisco frente a él, la gran bestia se arrastraba de un lado a otro escuchando atentamente las instrucciones que Riddle le daba. Por primera vez en mucho tiempo haría su primer Horrocrux.

¿A quién asesinaría?

A cualquier estúpido que tuviera la mala suerte con cruzarse en el camino del basilisco. Los susurros de Riddle los escuchaba atentamente dispuesto a acatar sus órdenes, la bestia soltó un tenebroso siseó para después desaparecer de La cámara de los secretos, un lugar que únicamente sabían donde estaba Abraxas Malfoy y Tom Riddle.

Soltó una suave risa viendo que su plan estaba yendo realmente bien, con sigilo salió de ese lugar y se quedó a esperar su entrada.

Lejos de ahí Annalise Romanov se encontraba caminando mientras tarareaba una canción de cuna, hacía una linda pulsera de color azul, su favorito, daba pequeñas piruetas y saltos que cualquier bailarina muggle envidiaria al verla. Sus pensamientos tomaron un rumbo distinto al ver una cabellera platinada y otra castaña.

Inmediatamente pensó en Tom Riddle, aquel chico que hacía que su estómago se alborote de Miles de hipogrifos bailarines, aquel chico de ojos verdes por el cual empezaba a tener sentimientos, sin saber que él no era el indicado.

Caminó sigilosamente hacía dónde Abraxas Malfoy y Orión Black hablaban misteriosamente, iba a sorprenderlos pero sus planes cambiaron de rumbo al escucharlos.

—Si esto sale bien, tendríamos una gran autoridad por lo que hicimos— susurró el platinado confiado de que nadie escuchaba— seríamos los mortifagos más respetados de todos esos imbéciles.

— Y si es posible podríamos incluso ganarnos la confianza de Riddle— susurró está vez Black.

—No puedo esperar a que llegué la hora de que la magia oscura triunfe, y poder hacer grandiosas cosas, ¿No lo crees?

𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐜𝐢̀𝐚𝐬. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora