𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 18.

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Miedo.
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Miedo.

Era todo lo que sentía en todo su cuerpo, no podía apartar sus ojos temerosos de sus manos. Tenía miedo de cerrar sus párpados y recordar la brillante luz verde que impactó en el cuerpo de aquel hijo de muggles, el siseó de la gran serpiente llamada Nagini, le ponía la piel de gallina.

No quería siquiera mirar delante de él porque sabía que se encontraría con la horripilante escena de la serpiente devorando el cuerpo de aquella persona, o tal vez solo estaba esparciendo su veneno. No lo sabía, y no quería saberlo, no quería ver una escena que podría marcarlo de por vida.

Aunque era irónico, tomando en cuenta que ya había visto miles de veces al señor oscuro torturar o asesinar a un muggle, mestizo o hijo de muggles. Todos sabían que el que no debe ser nombrado, había vuelto, con mucho más poder del normal.

Desde ese duelo que tuvieron Dumbledore y Voldemort, desde ese día del asesinato de Sirius Black. Todos creyeron en la palabra del niño que vivió, él siempre tuvo la razón.

Voldemort había vuelto.

Mientras todos estaban presos del pánico, buscando una manera de vencer al señor oscuro. Lord Voldemort ejercía su magia, al igual que seguía practicando un hechizo en particular para poder volver a su apariencia normal. Así es, Tom Riddle iba a volver, había encontrado de nuevo el libro, claro que el camino para encontrarlo, tuvo que asesinar a unos cuantos mortifagos por su imprudencia.

Los mortifagos restantes en la sala trataban de no escuchar el siseó de Nagini, su mirada estaba en sus manos o cerraban los ojos ante la escena, en cambio otros mortifagos reían silenciosamente ante el crimen que estaba cometiendo la serpiente, les gustaba ver el dolor y sufrimiento de los demás. Eran unos desquiciados.

—¿Has encontrado alguna pista? Severus— llamó la atención el horrible hombre.

Snape se aclaró la garganta, asegurándose que sus barrereras de oclumancia estuvieran reforzadas. Al igual que Draco quien temblaba tratando de que ningún pensamiento se escapé de su mente, pues si el señor oscuro se enteraba de la traición que cometió, tendría un castigo verdaderamente doloroso, o peor aún, lo mataría si se entera que él sabe dónde está Edén.

—Estuve buscando en algunos pasadizos de Hogwarts, pero en ninguno hay rastro de ella— músito con su voz lenta y calmada— Lo más sensato es que Dumbledore la haya enviado a otro país.

El hombre de cabello grasiento solo rogaba internamente que aquel chico o chica que fuera a despertar a la princesa rubia, llegará rápidamente. Porque el tiempo se agotaba, el día en el que todo se derrumbaría se acercaba cada vez más, Dumbledore se sentía muy enfermo y creía que ya no podría aguantar ni siquiera un mes.

𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐜𝐢̀𝐚𝐬. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora