La durmió para siempre.
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Advertencia.
*Mención de sangre, muerte y asesinato algo explícitas*.Sus pasos eran lo único que se escuchaba en aquella tenebrosa mansión, tan oscura, tan fría, y tan terrorífica. Sus ojos se mantenían mirando fijamente el camino por dónde pisaba, su mirada estaba perdida, no tenía ningún pensamiento en mente. Su rostro era inexpresivo y frío, no demostraba absolutamente nada, solo era un rostro sin vida, completamente frío.
Entre sus manos sostenía el cuerpo sin vida de Annalise Romanov. Diría que parecía estar completamente dormida sino fuera por la palidez y frialdad de su piel, la sangre desbordante de su abdomen, los grandes cortes de sus piernas, las hematomas en sus pálidos brazos, y las gotas de sangre que se derramaban en el blanco suelo pintando de un rojo escarlata a su pasó.
Tom Riddle no había tenido planeado hacer todo eso, pero en ese momento lo vió completamente necesario hacerlo, era necesario.
Subió las elegantes escaleras de la mansión Riddle, la mansión de Lord Voldemort. La cual había comprado con la fortuna de su difunto padre muggle, por supuesto al principio no quisieron dársela por ser menor de edad, pero el azabache tenía sus trucos, Tom creía que eso fue lo único bueno que hizo ese imbécil que fue su padre, lo mejor de todo era que ahora estaba muerto, y había sido asesinado a manos de su propio hijo. Tom no se arrepentía para nada haber hecho eso, al contrario, estaba orgulloso.
Caminó por los oscuros pasillos de la elegante mansión, hasta detenerse en una habitación en especial. Se adentró al espacioso cuarto el cual era demasiado grande y de colores oscuros, muy al estilo Riddle, y eso le agradaba. En silencio se acercó a la gran cama y con mucho cuidado dejó el cuerpo sin vida de la mujer que amaba.
Riddle se sentó en la orilla de la cama y dejó caer su rostro en el pecho de Edén, se desmoronó en silencio, dejó caer cientos de lágrimas en silencio, mientras su manos se aferraban al frío cuerpo sin vida, la acunaba entre sus brazos cómo si fuera un bebé, besaba con delicadeza cada una de sus mejillas cómo si fuera cristal. Aquella escena era la más desagarradora y la que más haría ver débil a Tom Riddle, pues esa sería la única vez que alguien vería a Tom llorar de esa manera tan triste.
Y la razón del porque estaba así, era ella.
Edén.
La chica que amaba y la chica que asesinó con sus propias manos.
Después de unos minutos el azabache finalmente se levantó y con sábanas blancas cubrió el cuerpo sin vida de aquella hermosa chica, se alejó y por unos segundos observó cómo las blancas sábanas se pintaban de rojo en algunos lugares del cuerpo, de nuevo se acercó y descubrió solo el pálido rostro de Edén, sus cálidos labios dejaron un pequeño beso en los fríos y casi azules labios de la rubia. Finalmente acarició su cabello antes de volver a cubrirla y salir de la habitación no sin antes ponerle llave.
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𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐜𝐢̀𝐚𝐬. ✔️
Fiksi Penggemar"-Es por tú bien- susurró acariciando su cabello mientras veía como ella se desangraba- Todo estará bien amor, dentro de unos años te despertaré. Tom Riddle estaba loco, obsesionado por Annalise Romanov. Observó como la sangre de la mujer que amaba...