-Alguna vez aceptaras salir en público conmigo.- Me pregunto.
-Ya sabes la respuesta.- En cuanto se lo dije volteo a ver por la ventana. –Pero te prometo que intentare juntar el valor necesario para decírselo a mis padres.-
-Eso me agradaría, sabes que yo te apoyare en todo, no te dejare solo.-
-Sé que no lo harías, y a ti como te fue cuando le dijiste a tu mamá.-
-La verdad no lo he hecho, tú me dijiste que no querías que nadie lo supiera, así que no se lo he dicho ni a ella, pero en cuanto tu sepas que es el momento lo hare.-
-Gracias, no mentías cuando me dijiste que a tu lado me sentiría seguro.- Lo abrace, a veces después de la escuela íbamos a su casa, era más seguro que ir a la mía, su mama trabajaba toda la tarde así que no tendríamos problemas.
-Yo jamás te mentiría, así que confía en mí.- Me respondió. Se separó de mí, puso sus manos sobre mi nuca y me jalo hacia él, cada vez que me besaba me robaba el aliento y me costaba respirar, solo que eso no me importaba, no quería dejar de hacerlo.
-Siempre que me besas de esa forma, me haces querer mas.- Le dije mientras tomaba aire.
-Puedes tener más si lo quieres.- Me contesto.
-Talvez te pida mas.- Lo bese de nuevo, sus labios se estaban volviendo una adicción que no podría controlar si los seguía tomando.
Nos acostamos en su cama, él se puso sobre mí, lo que me hizo sentir un poco incómodo, pero no quería que él lo supiera, yo jamás había estado con una chica y mucho menos con un chico. Él se detuvo y se acostó a mi lado, quedamos frente a frente, el me jalo para estar más cerca, puso su mano sobre mi mejilla.
-Me gusta estar contigo, pero no quisiera apresurar las cosas.- Sus palabras me hicieron sentir un gran alivio.
-A mí también me gusta.-
-Sabes qué otra cosa me gusta de ti.- Me pregunto.
-No lo sé, pero me lo puedes decir.- Él sonrió, siempre que me sonreía de esa manera me hacía sentir apenado.
-Justo eso, que te sonrojes cada vez que te sonrió, te pones tan rojo, lo cual me gusta.- Me respondió.
-Ni se porque te gusta, me siento incómodo cuando lo haces enfrente de los demás.-
-Por eso lo hago, me gusta saber que te provocó esa sensación, que yo sea el motivo de que te sonrojes.-
-Claro que lo eres.- Le respondí, él puso su mano sobre mi nuca y empezó a jugar con mi cabello.
-Jamás me hubiera imaginado que estaría de esta forma con otro chico.- Me dio un beso y puso su frente junto a la mía. -Te quiero.-
-Yo también te quiero.-Le respondí de inmediato, si tardaba en decírselo talvez pensara que yo no lo quería de la misma manera que el a mí.
-De verdad te quiero.- Me beso de nuevo pero esta vez fue un beso más apasionado, de nuevo lo hizo, me robo el aliento.
Al parecer nos habíamos quedado dormidos, había pasado una hora desde aquel beso, me levante un poco sobresaltado, su mama podría haber llegado y habernos visto.
-Tranquilo, mi mamá no llegara hasta mañana a las 7 de la mañana, le tocó el turno de la noche.- Me dijo el en cuanto se despertó.
-Lo siento, es solo que de pensar que nos haya visto mientras dormíamos.-
-Deberías llamar a Masón y decirle que le dirás a tus padres que te quedaras con el.- Me dijo.
-No lo sé, y si Masón me pregunta él porque del engaño.-
-El pensara que te quedaras con una chica y te cubrirá con gusto te lo aseguro.- No sé cómo le hacía para convencerme.
-Así que eres mi chica.- Me reí, él también se lo hizo. Llame a Masón y como Scott dijo no dudo en ayudarme, convencer a mis padres fue un poco más difícil pero al final aceptaron en dejarme quedar con Masón.
-Y que es lo que haremos ahora que me quedare aquí.- Le pregunte.
-Podemos ver una película de terror.- Sugirió.
-Sabes que no me asustare y saltare a tus brazos verdad, doy un hombre lobo no una chica miedosa.- Le respondí.
-Cierto, pero tenía que intentarlo.- Me contesto.
-A parte tu eres la chica recuerdas.- Me dio un golpe en el hombro y me sonrió.
-Enserio que si amo cuando te sonrojes.-
-Ya deja de hacerlo, o terminare odiándola.-
-Nunca lo harías.-
Terminamos viendo una película de comedia, en cuanto se acabó nos fuimos a dormir. Le dije a Scott que yo dormiría en el saco de dormir, pero el no acepto, me dijo que yo durmiera en su cama y que él se quedaría en el saco.
De pronto me levante agitado, Scott ya estaba a mi lado, había tenido una pesadilla, después de todo el haber estado encerrado en aquel pozo si me había afectado.
-No tengas miedo, aquí estoy yo, así estas seguro, vuelve a dormir que yo no me iré.- Me acosté y él se acostó a mi lado y me abrazo, el que estuviera ahí me hizo sentir más seguro, tanto así que no me di cuenta de cuando me quede dormido. Cuando desperté en la mañana Scott ya estaba dentro del saco de dormir.