Debí haberle contado a Liam la verdad cuando entro a los vestidores, pero no pude, y si dejaba pasar el tiempo sería más probable que lo perdiera. Así que ahora que estábamos solos en mi casa podía decírselo.
-Sé que no me contaste la verdad ayer.- Me dijo Liam.
-Si lo he hecho, que podría ocultarte.-
-Se te olvida que yo también tengo un muy buen olfato.-
-Y eso que tiene que ver.-
-Sé que estabas nervioso, percibí tu miedo al verme entrar.-
-Así que ya has aprendido a hacer eso.-
-Sí, pero no quieras cambiar el tema, dime que es lo que no me quisiste decir ayer.-
-Prometes que no lo tomaras a mal, lo he ocultado por tu bien.- Le dije con miedo.
-Depende de lo que me vayas a decir.-
-Han actualizado la lista en la que aparece tu nombre.--Y que es lo que han actualizado, el precio por mi cabeza.- Dijo sin ninguna preocupación
-Ya lo sabias, quien te lo dijo.-Le pregunte.
-Nadie, pero me alegra que ya lo supieras, hace tres días mi impresora empezó a imprimir una hoja muchas veces seguidas, no dejaba de imprimir así que le quite las hojas y la desconecte, y cuando vi una de las hojas que imprimió me di cuenta de que había cambiado el precio por mi cabeza.- Me contesto.
-Y porque no me lo dijiste.-
-Porque te preocuparías demasiado, y querrías protegerme de todo, y sabes ya no soy un niño chiquito.-
-Simplemente no quiero que te hagan daño, eso me dejaría devastado.- Le dije con un tono de molestia.
-No tienes por qué enojarte, estabas a punto de actuar como yo pensaba, me ocultaste algo importante solo porque no crees que yo sea capaz de sobrellevar una noticia como esa.-
-Tienes razón, es solo que ya has tenido suficiente de este tipo de cosas no crees.- Le pregunte.-No me quejo de nada, con cada una de las experiencias que me han tocado he perdido el miedo, y me gustaría que ya no me ocultaras nada, sé que no lo haces a propósito, pero me das a entender que no confías en mí.-
-Lo siento, y tienes razón, estuvo mal el ocultártelo.-
-Te propongo algo, no habrá secretos entre nosotros, sea cual sea la situación se lo contaremos al otro.- Me dijo.
-Te lo prometo.- Tome su mano y la apreté, su actitud me sorprendió, en verdad había cambiado su forma de ver las cosas.
-Y tienes que entender que no soy un niñito miedoso.- Me sonrió, ahora el me hacía sentir incómodo.
Al día siguiente, nos encontramos a la hora del almuerzo, aun manteníamos nuestro trato de mantenernos todos juntos, para evitar que algún nuevo asesino llegue a atacarnos. Y al parecer Stiles no le había dicho nada a Malia de la lista, porque ella no dejaba de preguntar si no habían cambiado otra cosa en la lista. Lydia no se separaba de Kira, lo que me hacía pensar que tal vez ya se había enterado de algo y estaba asechando a Kira para que confesara, pero no me preocupaba, confiaba en Kira.
-Ustedes son muy extraños.- Nos dijo Lydia a Kira y a mí.
-Porque lo dices, tú no eres muy normal que digamos.- Le contesto Kira.
-Yo no decidí escuchar a los muertos así que no puedes usarlo contra mí.-
-No somos extraños, solamente que hemos cambiado un poco.- Le dije.
-Tardaron una eternidad para salir juntos y ahora resulta que no están hechos el uno para el otro.- Nos contestó.
-Suele pasar en ocasiones.- Comento Kira.
-Saben que no me daré por vencida verdad, así que cuenten con que lo intentare todo para que vuelvan a estar juntos.-
-No es necesario que lo hagas Lydia, fue una decisión que tomamos los dos.- Le dijo Kira, aunque sabía que ella no había estado del todo de acuerdo con la decisión.
-Nunca me doy por vencida.- Nos dijo, tomo a Kira del brazo y se la llevo.El maestro de Ciencias no había asistido a clase a sí que nos dieron la hora libre así que busque a Liam, él no tenía clase a esa hora así que sería un buen motivo para estar con él. Después de buscarlo como por 10 minutos, me topé con Masón me dijo que Liam se había ido porque su padre tenía que asistir a una cirugía en una ciudad cercana y no tendría tiempo de dejarle las llaves, así que su padre lo hizo salir para que fuera por ellas. Mientras platicaba con Masón una de las puertas se abrió, salió Lydia con el brazo de Malia sobre sus hombros, corrí hasta ellas.
-Que le pasa, te sientes bien Malla.- Le pregunta.-Se siente de maravilla Scott, por eso la ayudo a caminar, ahora ayúdame a llevarla a la enfermería que pesa demasiado para mi sola.- Me contesto Lydia.
-Claro, pon tu brazos sobre mis hombros.- Le dije a Malla, en cuanto lo hizo la cargue.
Llegamos hasta la enfermería y así nos dimos cuenta de que Malla no era la única que se había sentido mal. La enfermera nos dijo que a lo mejor había sido algo que comieron y que les había caído mal, después de esperar un rato con Malla y Lydia, empecé a sudar era algo extraño, Lydia que estaba a mi lado lo noto, así que puso su mano sobre mi frente.
-Por Dios Scott, estas hirviendo.- Me dijo en cuanto lo hizo.
-Pero no me siento mal.- Le conteste.
-No lo puedo creer, esto es una epidemia.- Se levantó de inmediato. -Tengo que avisarle a la directora.- Dijo y salió corriendo.