Pasaron dos días enteros sin hablar con Liam, tenía que respetar su decisión, solo que yo no la había tomado, así que decidí ir a su casa, ya eran las 7 de la tarde pero no me importo, yo tenía que hablar con él y saber el porqué de su decisión, no podía decirme de la nada que ya no quería estar relacionado con migo. Toque el timbre de su casa y espere a que abriera la puerta.
-Que haces aquí, pensé que habíamos quedado en que perderíamos contacto.- Dijo en cuanto me vio.
-Solo necesito que me expliques porque, no puedo dejar de pensar porque tomaste la decisión.-
-Es un motivo muy fácil, ya te lo dije.- Contesto.
-Y tú crees que me lo creí, es otro motivo, lo de tus padres es solo una excusa.-
-Mejor pasa, no quiero que escuchen nada de esto, mis padres no están así que no hay problemas si hablamos adentro.-
Fuimos a su habitación, por si llegaban sus padres no escucharan nuestra platica, él se sentó en la silla que estaba frente a su escritorio y yo sobre su cama.
-Y bien, me contaras la verdadera razón por la que ya no me quieres cerca.- Pregunte.
-Eso no te lo puedo decir, pero solo quisiera que lo entendieras.-
-Cómo voy a entender algo que no me quieres explicar.-
-Solo tienes que dejarme solo, si sigo contigo podría estar en peligro.- Dijo.
-A sí que es eso, tienes miedo.-
-Sí, he escuchado algunas de las cosas que haces, y creo que es mucho riesgo.-
-Pero deberías haber escuchado que también soy demasiado fuerte, no es por presumir.- Le conteste y el no pudo evitar sonreír, lo que me causo una gran satisfacción.
-Derek me lo ha contado, sé que eres un Alfa verdadero.-
-Y aun sabiendo eso tienes miedo de estar bajo mi cuidado.-
-Scott la decisión está tomada, y ahora que ya te explique por qué espero cumplas.-
-Espero y esa sea la verdad, no quiero que pienses mal de mí.-
-Es la verdad.- Contesto, y en su voz se notaba un poco de tristeza al decir esas palabras, algo me ocultaba y yo me encargaría de averiguar que era.
-Está bien, te creeré pero debes saber que tenemos un detector de mentiras, espero Derek también te enseñe a usarlo.- En cuanto dije eso se puso nervioso.
Me acompaño hasta la puerta de su casa, salimos y me dijo que no me preocupara que no había nada malo en la decisión que tomo, cuando se dio la vuelta para entrar a su casa, lo tome por el brazo y lo jale hacia mí. Quedamos frente a frente, nuestros rostros estaban solo a centímetros de distancia, lo mire a los ojos y estuve a punto de besarlo, pero me detuve solo le dije que estaría al pendiente de él, que sabía que ocultaba algo y me encargaría de averiguarlo, lo solté y me di la vuelta.