Apoyo - Scott

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Pasaron dos semanas sin hablarle a Liam, quería que pensara las cosas y dos semanas me parecieron el tiempo apropiado, así que lo busque para hablar de lo que pasaría, no lo encontré en ningún lado, solo me faltaba revisar el Gym y si no estaba ahí tendría que esperar otro día.

Oí que grito y corrí hasta donde lo escuche, la pesa que estaba levantando le había caído encima y no podía levantarla, corrí hasta él y levante la pesa, lo mire a los ojos y le ofrecí mi mano para que se pusiera de pie.

-No necesito que me ayudes, yo puedo solo.- Me dijo.

-Parecía que la necesitabas, esa pesa te estaba ganando.- Dije intentándolo hacer reír.

-Yo podía solucionar el problema solo, no tenías por qué venir.-

-En realidad venía a buscarte por otra cosa.- En cuanto termine de hablar apareció Mason.

-Liam, estas bien, te oí gritar, te dije que era demasiado peso.- Dijo Mason.

-Estoy bien, no te preocupes.- Contesto Liam, luego me volteo a ver y dijo. -Que era lo que me querías decir Scott.-

-Que jugamos el mañana contra la escuela Devenford, así que el entrenamiento de ahora será un poco más duro.- Dije sin dejarlo de ver, no podía decirle a lo que en verdad venia, no frente a Masón.
En su mirada se notaba alivio al escucharme, sabia a que había venido y se alegraba de que no lo haya dicho.
-Gracias por el aviso.- Contesto, luego simplemente me ignoro.

El resto de la tarde estuve en mi casa, no quise salir con mis amigos, el saber que Liam no quería estar conmigo me hacía sentir terrible. Estaba a punto de acostarme cuando el timbre de mi casa sonó, debía ser algo importante, para venir a estas horas. 

-Lamento molestar a estas horas, pero necesito de tu ayuda.- Dijo Liam, en su rostro se reflejaba preocupación.
-Claro, lo que necesites yo te ayudo, sabes que siempre lo haré.-

-No puedo jugar contra la escuela Devenford, necesito que me cubras con el entrenador.-

-Está bien, yo te cubriré, pero dime cual es el problema.- El soló desvió la mirada, ocultaba algo que le preocupaba.

-Solo no puedo, no tienes por qué preocuparte.-

-Puedes confiar en mí, talvez pueda ayudarte a solucionar tus problemas.-

-Es solo que es la escuela en la que estuve antes, y no creo prudente jugar.- Contesto.

- Crees que te quieran causar algún daño.-

-No lo sé, tal vez, no terminamos en un buen término.-

-Mañana vemos que es lo que haremos, pero no te rindas así de fácil.-

-No es que les tenga miedo, solo que me pueden hacer enojar y causar mi transformación.-

-Yo me asegurare de que no lleguen a tal grado.-

-Gracias Scott.- Se dio la vuelta y empezó a caminar, de pronto se detuvo y me volteo a ver. –No, por más que lo intento no puedo dejar de pensar en ti.- Cuando empecé a caminar hacia él, se dio la vuelta y salió corriendo.

Te apoderaste de mi vida (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora